Un nuevo Papa, la pieza que faltaba
"Un nuevo Papa, la pieza que faltaba", escribe Joaquín López-Dóriga en #EnPrivado
Nunca he visto votar al Espíritu Santo.
Florestán
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa 267 será electo pronto en lo que ya es el inicio de una nueva era global a la que lo único que le faltaba era justo esa pieza del rompecabezas de esa quinta estación de la humanidad después de la Antigua, Media, Moderna y Contemporánea que vivimos desde la Revolución francesa, en 1879.
El nuevo pontífice será proclamado en veinte días, cuando 133 cardenales electores se encierren con llave, con-clave, en la Capilla Sixtina de la que saldrán sólo después del humo blanco.
Este proceso es un asunto de poder y, por tanto, de hombres que negocian, proponen, apoyan, rechazan, discuten, eliminan, agregan, aprueban, reprueban, hacen alianzas en favor o en contra de hombres y proyectos y, al final, debo eso sí reconocer, eligen a un obispo de Roma que parece siempre el que la Iglesia y el mundo necesitan.
Así fue con Pacelli electo Pío XII el 2 de marzo de 1939, ya con la mecha encendida de la Segunda Guerra Mundial, discutido por su paso en la nunciatura de Múnich en los tiempos oscuros del nacionalsocialismo de Hitler y llevó su pontificado a lo largo de la gran guerra, hasta bien pasada esta, el 9 de octubre de 1958.
El 28 de aquel mes de aquel año llegó a la cátedra de San Pedro el Patriarca de Venecia, Roncalli, que sería Juan XXIII, hasta el 3 de junio de 1963, gestión marcada por el revolucionario Concilio Vaticano II, que aún hoy divide a tradicionalistas de modernistas. Montini fue electo Paulo VI el 21 de junio de 1963 falleciendo el 6 de agosto de 1978. Veinte días después llegó al Palacio Pontificio otro patriarca de Venecia, Luciani, muerto 33 días después, el 18 de septiembre para que el colegio cardenalicio eligiera al primer Papa venido del frío, Wojtyla, Juan Pablo II, el primero no italiano desde Adriano VI en 1552.
En aquellos tres meses el mundo tuvo tres papas, lo nunca visto. A ello vendría su extenso pontificado, el segundo más largo, 26 años y cinco meses, hasta su fallecimiento el 2 de abril de 2005. Wojtyla fue determinante en la caída del Muro de Berlín, de la Cortina de Hierro y de la Unión Soviética.
Lo sucedió Ratzinger, el 19 de abril como Benedicto XVI que sorprendió urbi et orbi, con su renuncia el 3 de febrero de 2013, efectiva el 28, la primera en más de 600 años, cuando era otro mundo y al que relevó el Papa que sus hermanos cardenales fueron a encontrar al fin del mundo, dijo al ser electo obispo de Roma y que murió al amanecer de este lunes.
¿Quién será el nuevo Papa? 133 cardenales lo elegirán en mayo.
El tiempo decidirá cómo gobierna a la Iglesia y cómo al mundo.
Lo único cierto hoy es que quien ocupe la hoy vacante cátedra de Pedro será determinante en esta nueva era global, a la que sólo le faltaba esa pieza del Lego mundial: un nuevo Papa.
Nos vemos mañana, pero en privado.