El 'chaparrito' de Cienfuegos
"El 'chaparrito' de Cienfuegos", escribe Joaquín López-Dóriga en #EnPrivado
Ahora, la calificación de los delitos se ajustan a conveniencia de los delincuentes.
Florestán
El viernes 16 de octubre de 2020, el secretario de la Defensa en el gobierno de Enrique Peña, general Salvador Cienfuegos, fue detenido al llegar al aeropuerto de Los Ángeles, en un viaje familiar.
El lunes, López Obrador, lenguaraz lo condenó: “Es un hecho muy lamentable el que un exsecretario de la Defensa sea detenido acusado por vínculos con el narcotráfico. Estamos ante una situación inédita por la misma acusación del que fue secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna y ahora detienen al secretario de la Defensa del gobierno de Enrique Peña Nieto. Esto es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen y ahora estamos constatando la profundidad de esta descomposición (…). Cualquier servidor público con lazos en este caso será suspendido de inmediato. No vamos a encubrir a nadie”, soltó, aunque salvó el espacio de la honorabilidad de las Fuerzas Armadas.
Esto cayó como una puñalada en el Ejército y el titular de la Defensa, general Crescencio Sandoval, habló con López Obrador. “Así, no”. Y al día siguiente volteó su discurso y exigió pruebas.
Pero no las había. El entonces canciller, Marcelo Ebrard, operó con el gobierno de Donald Trump al punto de que lo regresaron y sin aportar una sola prueba. Aquí la FGR le abrió una carpeta de investigación que concluyó con la no acción penal.
Sobre esto, ayer entrevisté en Radio Fórmula al general de brigada de Justicia Militar, Alejandro Ramos Flores, que fue su defensor de oficio y no dejó duda de la maniobra.
En sus memorias, el entonces fiscal William Barr, escribe: “El 26 de octubre me llamó Marcelo Ebrard para objetar el arresto y me disculpé. Le dije que no se había seguido el proceso normal, que ni yo ni el jefe de la DEA estábamos al tanto y le ofrecí devolverlo de inmediato”.
Todo esto lo recupero cuando en esta temporada hay quienes quieren, aquí, desviar el caso por encima de la doble exoneración de Cienfuegos por razones que sólo ellos, y sus jefes, conocen.
RETALES
1.- PRUEBAS. Las únicas pruebas son fotos de mensajes telefónicos en una Blackberry, que Cienfuegos nunca usó, pero sí los delincuentes. Mencionan a su hijo, y sólo tiene hijas, y le llaman el "chaparrito", cuando mide 1.87;
2.- REAPARICIÓN. Ayer hablé con Adán Augusto López Hernández para que me diera una declaración sobre el caso de su secretario de Seguridad en Tabasco y me dijo que "no soy gente acostumbrada a dar entrevistas"; que estaba en su oficina del Senado y que "seguramente el domingo estaré en el Consejo Nacional de Morena". La nota; y
3.- MENTIRAS. El presidente de Morena en Tabasco, Jesús Selván, se la quiso sacar y negó que Hernán Bermúdez fuera militante de Morena. Ayer mismo, Luisa María Alcalde, confirmó que sí, lo era el pasado día 16 y anunció su salida.
Nos vemos el martes, pero en privado.