Feliz aniversario al papa Francisco, aunque la guerra ya comenzó

"Feliz aniversario al papa Francisco, aunque la guerra ya comenzó", escribe Irene Selser en #Entrevías

Con noticias positivas sobre su estado de salud, si bien aún permanecerá hospitalizado en el policlínico Gemelli unos días más, según ha indicado el Vaticano, el papa Francisco celebra este miércoles 12 años de pontificado, marcados por un renovado dinamismo pastoral en pro de una Iglesia más sencilla y misericordiosa. Como era de esperar, ante esto han reaccionado las fuerzas conservadoras, dispuestas a obstaculizar y, en su momento, a desandar el camino emprendido por el antiguo arzobispo argentino, Jorge Bergoglio.

Las especulaciones no cesan, alentadas por el deterioro físico del Papa y a quienes aseguran que un eventual cónclave como el de novela del escritor británico Robert Harris (2016), convertida en película para los Oscar, con el seductor Ralph Fiennes en el papel del cardenal Lawrence encargado de organizar el proceso de elección, podrían parecer una pijamada frente a lo que está en juego hoy en Roma: profundizar la pastoral de Francisco en pro de una Iglesia integral con una dimensión social “imprescindible”, según él mismo delineó en su “Exhortación Apostólica sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual” (2013); o deshacer la opción de servicio y acogida de una Iglesia sinodal misionera y en su lugar apostar a una involución eclesial como la que defiende el cardenal Raymond Leo Burke (Wisconsin, 1948), capellán de la Soberana Orden Militar de Malta, cercano al protestante Donald Trump. De ahí que el teólogo brasileño Leonardo Boff, aliado de Francisco, lo apodara en forma socarrona “el Donald Trump de la Iglesia católica” y líder, según el New York Times, de “una Iglesia militante”. Burke fue nombrado cardenal por Benedicto XVI, quien, en febrero de 2013, con 85 años y una salud endeble, sorprendió al mundo al convertirse en el primer Papa en renunciar en 600 años. Fue un precedente y así lo entendió su sucesor, el papa Francisco, quien apenas elegido le presentó al entonces secretario de Estado, Tarsicio Bertone, su carta de renuncia en caso de imposibilidad. En 2023, a propósito de una eventual visita a Vietnam, el Papa bromeó con periodistas aludiendo a su propia edad y condición: “Si no voy yo, seguramente lo hará Juan XXIV”, en referencia al pontífice que podría ser nombrado en su lugar y con un guiño al Papa progresista que organizó en 1962 el Concilio Vaticano II, Juan XXIII.

Ya hemos hablado aquí de posibles opciones en la era pos Francisco (https://www.expreso.com.mx/expresion/entrevias/entrevias-columna-de-irene-selser/227065, https://www.expreso.com.mx/expresion/entrevias/entrevias-columna-de-irene-selser/227551), pero expertos no descartan incluso un “choque sin precedentes” entre Washington y el Vaticano, con “escenarios tan imprevisibles” como que la Casa Blanca intente manipular el resultado de un hipotético cónclave, según afirma el historiador de la Iglesia, Massimo Faggioli, profesor de la Universidad Villanova de Filadelfia (https://www.religiondigital.org/america/Trump-Musk-empezando-manipular-conclave_0_2752224752.html).

El campanazo de salida ocurrió el 20 de diciembre pasado, con el nombramiento de Brian Burch como embajador de Trump ante la Santa Sede. Trump dijo de Burch que era “un católico devoto, padre de nueve hijos” y elogió su papel como presidente del grupo de acción conservadora CatholicVote: “Me representó bien durante las últimas elecciones, obteniendo más votos católicos que cualquier candidato presidencial en la historia”.

Para Faggioli, con la “segunda venida de Trump” el riesgo está ahí considerando que la Iglesia católica estadounidense es una de las más refractarias al pontificado de Francisco, así como una de las más ricas del mundo, por lo que inyecta cuantiosas sumas a las finanzas vaticanas. “Esto sin olvidar la presencia de Elon Musk en la Casa Blanca -agregó-, que cada día aporta su visión poshumana, posterrestre, poshistórica”. Recordó que el sudafricano ya intentó influir en los comicios en Alemania en favor de la candidata de la ultraderecha y “no me sorprendería que actuaran con alguna fake news para influenciar o quemar a algún candidato” papal.

Hay un atenuante, destaca Faggioli y es que los obispos estadounidenses han reaccionado críticamente al plan de Trump de deportaciones masivas y lamentado el desmantelamiento de las ayudas públicas a organizaciones caritativas ligadas a la Iglesia, por lo cual se han paralizado numerosos proyectos asistenciales, además del despido de decenas de trabajadores.

La carta del Papa enviada el 10 de febrero a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos en apoyo a los migrantes, cuatro días antes de su internación, abona en esa dirección y alerta a los obispos contra la tentación de un catolicismo nacionalista, racista y fomentador del odio.

Además de la carta, el Papa nombró a uno de sus hombres de confianza, el cardenal de San Diego (frontera con México), Robert McElroy, como arzobispo de Washington. McElroy es considerado uno de los dos puntales de la renovación de la Iglesia de su país junto al cardenal de Chicago, Blaise Cupich. Según el portal español Religión Digital, ambos clérigos podrían estar detrás de la carta de Francisco a los obispos. 

Otras designaciones han sido el nuevo arzobispo de Detroit, Edward Weisenburger; el de Cincinnati, Robert G. Casey, auxiliar de Cupich en Chicago; el sacerdote John E. Keehner Jr. como obispo en Sioux y Richard F. Reidy, exvicario general de Worcester, como obispo de Norwich.

Son clérigos críticos con formación de filósofos, profesores o teólogos que coinciden con Francisco en la necesidad de defender a los migrantes tanto como al medio ambiente y de revisar el ejercicio del poder dentro de la Iglesia para propiciar un cambio radical que empiece, en palabras del propio Francisco, “por la conversión del papado”.