Del campo de batalla al relato global: la ofensiva ucraniana en Rusia

"Del campo de batalla al relato global: la ofensiva ucraniana en Rusia", escribe Mauricio Meschoulam en #ColaboraciónEspecial

El 6 de agosto Ucrania lanzó un inesperado ataque terrestre en la región de Kursk, Rusia. Sin duda se trata de una ofensiva que está teniendo un impacto narrativo considerable, no solo por lo que se habla sobre el ejército ucraniano, sino porque también se comienza hablar de decenas de miles de desplazados internos en Rusia a raíz de estos hechos. El efecto militar en el mediano o largo plazo está aún por verse y quizás será limitado. Lo que es un hecho es que Ucrania ha apostado muy alto a esta ofensiva con tal de regresar a la conversación global y cambiar la forma cómo esta historia está siendo contada.

1. El contexto previo a la actual ofensiva ucraniana debe leerse a partir del fracaso de la contraofensiva ucraniana del 2023, los múltiples y desesperados llamados de Kiev a Occidente, ya desde ese año, para apoyarle, dada su amplísima desventaja en artillería y en defensas antiaéreas, que se sumaban al agotamiento y escasez de sus tropas en el frente y la tardanza en la llegada de esos recursos, además de los avances rusos y su presión sobre distintos puntos del frente.

2. Ese es el punto en el que el pasado 6 de agosto llega la sorpresiva ofensiva ucraniana sobre territorio ruso. Al momento de este escrito, dependiendo la fuente que se lea, Ucrania controla desde unos pocos hasta quizás varias decenas de poblados rusos en Kursk en alrededor de cientos de kilómetros cuadrados o quizás hasta mil kilómetros cuadrados de territorio en Rusia.

3. Los análisis indican que Ucrania tiene dos objetivos: uno militar y otro político. Militarmente Ucrania busca distraer a Rusia de sus ofensivas en el este ucraniano, lo que parece complicado dado el bajo número de tropas con el que Ucrania está llevando a cabo esta ofensiva. Políticamente Ucrania busca metas en términos psicológicos, morales y narrativos, por el impacto que todo ello tiene en temas como negociaciones o en la toma de decisiones.

4. En ese sentido, hay que entender que la forma como se ha contado la historia de esta guerra desde 2022 ha venido variando pendularmente. Desde el poder apabullante de Rusia y la debilidad ucraniana, hasta las torpezas rusas y las sorpresas que ha dado el ejército ucraniano. Desde la imposibilidad de que Rusia sea derrotada, hasta la convicción de que no solo es posible sino necesario derrotarla. Y luego, hacia 2023, desde las altas expectativas por la contraofensiva ucraniana hasta la decepción y el fracaso percibido, y, por tanto, la nueva convicción de que a Rusia no es posible vencerle.

5. Ahí entra el rol de la nueva ofensiva ucraniana. El hecho de que en los medios se empiece a hablar de un "cambio de guion" o de un vuelco a la dinámica e iniciativa de la guerra, puede o puede no estar hablando de lo que realmente termine por suceder en el terreno de las hostilidades. Lo que definitivamente sí hace, es, reactivar la conversación acerca de la guerra en Ucrania e impactar sobre las historias que se cuentan al respecto. Por tanto, si seguimos la lógica de esta nueva narrativa, ahora vuelve a tener sentido aportar recursos, armamento y entrenamiento a Ucrania. Nuevamente el derrotar a Rusia, en esa lógica narrativa, "parece viable".

6. El impacto narrativo importa y puede ser un factor contribuyente en los temas que señalo. Pero al final del camino, el desenlace de una guerra tan larga como esta, termina siendo determinado por factores como la capacidad militar y económica de los actores en el largo plazo, sumado a los respaldos internos e internacionales con que cada rival cuente.

La ofensiva ucraniana sobre territorio ruso, con sus efectos materiales y narrativos, debe ser analizada a la luz de esa combinación de factores.

Mauricio Meschoulam

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