Huachicol: el segundo rompimiento con AMLO

"Huachicol: el segundo rompimiento con AMLO", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras

El anuncio de ayer, con bombo y platillo, del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, de que decomisaron un buque tanque con 10 millones de litros de diesel de contrabando, en el puerto de Tampico, en Tamaulipas, representa en los hechos un segundo rompimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum con la política de "Abrazos, no balazos" de su antecesor y jefe político, el expresidente López Obrador.

Aunque la Presidenta no lo reconozca y, por convicción o por precaución, evita cualquier señal de distanciamiento o diferencia con su antecesor, es la segunda ocasión que su secretario de Seguridad marca una distancia abismal con la política de seguridad del pasado sexenio.

Porque primero fueron los anuncios sobre el cierre de 644 laboratorios clandestinos de producción de fentanilo, ese que según el expresidente no existía ni se fabricaba en México, y ahora, en lo que representa la confirmación de una de las mentiras más grandes del pasado gobierno, se demuestra que el huachicol de contrabando de gasolinas y diesel, a través de las fronteras con Estados Unidos, nunca dejó de existir como decía el discurso presidencial, y más bien floreció por tierra y por mar en un negocio multimillonario que sucedía en complicidad con las autoridades aduanales y marítimas del Gobierno de México.

Porque el decomiso, presentado como "histórico" por la actual administración es la prueba fehaciente de que durante los últimos 6 años se permitió, por la corrupción en la Agencia Nacional de Aduanas y en las aduanas marítimas, que ingresaran a México miles de millones de litros cúbicos de gasolinas y diesel proveniente de los Estados Unidos y que ingresaba al territorio mexicano, simulando que se trataba de "aceites" u otro tipo de productos líquidos, generando un fraude fiscal a los ingresos del gobierno federal, estimado en más de 80 mil millones de pesos que dejaron de ingresar a las arcas públicas sólo por concepto del IEPS.

Esas gasolinas y diesel que se pasaban por aduanas como las de Reynosa y Nuevo Laredo, operadas por el empresario Sergio Carmona, el asesinado "Rey del Huachicol", llegaron a representar casi el 20% de los combustibles que se vendían a los mexicanos en las gasolinerías. Todo ocurría con conocimiento de los directores de Aduanas, desde Ricardo Peralta hasta Horacio Duarte, e incluso, el portal Código Magenta, que dirige el periodista Ramón Alberto Garza, también con conocimiento del entonces director de la Central Nacional de Inteligencia, el general Audomaro Martínez Zapata, uno de los militares de todas las confianzas del expresidente.

Fue esa misma red de "huachicol fiscal" o combustibles de contrabando, procedentes de Estados Unidos, cuyas ganancias millonarias, además de beneficiar a los funcionarios federales involucrados, también sirvió para financiar campañas de candidatos en Morena, desde gobernadores, hasta diputados y alcaldes en estados como Sinaloa, Nayarit y Tamaulipas, entre otras entidades, que se beneficiaron de las aportaciones de dinero de Sergio Carmona para las campañas de Morena, de acuerdo a investigaciones abiertas en el ICE o Servicio de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos que involucran a diversos dirigentes nacionales de Morena y políticos de la 4T que hoy ocupan cargos de alto nivel en la política nacional.

Esa es la importancia y el significado que tiene, en los hechos, el anuncio hecho ayer por García Harfuch: el que el gobierno federal haya dejado de proteger y simular el contrabando de gasolinas y diesel de origen extranjero al territorio mexicano. Algo que no sólo se documentó y se denunció con videos en investigaciones periodísticas y en redes sociales, en donde era común observar a los buques, como el decomisado ayer, que atracaban en los puertos de Tampico y Altamira, y de los que se descargaba el huachicol en pipas que lo repartían al territorio nacional.

Apenas el pasado 21 de marzo en Código Magenta se publicaron fotos y videos en los que se observa al mismo buque, de nombre "Challenge Pocyon", atracado en Altamira y descargando el combustible de contrabando a las pipas a plena luz del día. Es el mismo buque que hace exactamente un año, también fue reportado en redes sociales y en el mismo sitio informativo, donde se exponía cómo llegaba al puerto tamaulipeco y descargaba el contrabando de combustibles sin ser molestado por las autoridades aduaneras o marítimas, mucho menos por la Guardia Nacional.

Así es que, se declare o no, lo admita o no la Presidenta, porque no quiere o porque no puede, en los hechos las presiones del presidente Donald Trump y sus aranceles están surtiendo efecto y, adornados con el discurso de "soberanía, frente en alto, coordinación sin subordinación o cabeza fría", lo cierto es que la doctora está tomando cada vez más distancia de las políticas de su antecesor, al menos en el tema de la seguridad y el combate al crimen organizado. Esta es la segunda ruptura no declarada, pero real con López Obrador, ¿la tercera será la vencida y permitirá a la Presidenta liberarse finalmente del yugo que le impide ejercer a plenitud del poder?... Se baten los dados. Repite la Serpiente.