Czarina Colores Ponce: una historia de resiliencia frente al cáncer

Czarina comparte su historia de resiliencia tras diagnóstico de cáncer, tratamiento oncológico y mastectomía

El día que escuchó la palabra “cáncer”, el mundo de Czarina Colores Ponce se detuvo por un instante. Tenía 40 años y muchos sueños por cumplir, pero esa noticia marcó el inicio de una nueva etapa, una donde aprendió que la vida puede ser más fuerte que el diagnóstico.

Una vida en equilibrio antes del diagnóstico


Antes del diagnóstico, Czarina Colores Ponce se desempeñaba en el servicio público, área en la que ha trabajado por más de 20 años. Al mismo tiempo, comenzaba a desarrollar un proyecto de emprendimiento propio. Relata que atravesaba uno de los mejores momentos de su vida: se sentía plena con su trabajo y feliz con la etapa personal que vivía.

Fue en julio de 2024 cuando Czarina Colores Ponce recibió el diagnóstico, tras realizarse los estudios de rutina que acostumbraba cada año desde antes de cumplir los 40. Recuerda ese momento como uno de los más difíciles de su vida: se sintió perdida, con miedo, y lo primero que vino a su mente fue su hijo de 12 años.

“Cuando me dio la noticia el doctor que fue un doctor muy bueno, muy empático, cuando recibí su llamada yo sabía que algo estaba mal. Y cuando me llama y me dice que no salieron bien mis estudios, en ese momento lo primero que pensé fue en mi hijo, en que no quiero dejarlo solo, expresó. 

El reto de compartir la noticia


Describió que una de las cosas más difíciles en este proceso también fue darle la noticia a su familia.

“Pensé mil cosas, confundida, desconsolada, ¿ahora qué sigue? ¿qué hago? ¿a quién recuerdo? ¿cómo le digo a mis papás? Mis papás se van a destrozar”, dijo.

Al iniciar el tratamiento oncológico, Czarina lo describe como un proceso “difícil”, tanto física como emocionalmente. Aun así, reconoce que fue fundamental contar con una red de apoyo sólida: su hijo, sus padres, tías, tíos, primas y primos, quienes la acompañaron en cada etapa y le dieron la fuerza necesaria para continuar con el tratamiento. 

Enfrentando el tratamiento


En total, Czarina recibió ocho sesiones de quimioterapia, además de someterse a una mastectomía total con reconstrucción y a una histerectomía completa.

“Son momentos difíciles que yo creo que todas mis compañeras oncológicas vivimos muy puntualmente, sentir negación, enojo, preguntarte ¿Por qué a mi?, y luego tener fe, tener esperanza, tener valor, esa entereza que te da tu familia”, mencionó. 

Czarina detalló que la enfermedad no solo resulta difícil por los cambios emocionales y físicos, sino también porque, en ocasiones, amigos cercanos o personas de tu entorno se alejan. “Tu círculo se reduce porque no te ven como la persona que eras antes”, relató.

“Hace muchísima falta empatía, la gente me rechazaba al verme porque les daba tristeza verme, porque no estaban acostumbrados a verme así. ncluso amigos míos se alejaron de mi”, expresó.

Sin embargo, agradece a quienes han sido parte de este proceso, hizo también un especial agradecimiento a amigos, familia, al equipo de especialistas que la acompañaron durante su tratamiento y a sus amigas y compañeras que también viven un tratamiento oncológico.

Aprender a valorar la vida


A pesar de los retos, Czarina Colores Ponce asegura que esta experiencia le ha enseñado a valorar cada momento y a encontrar fuerza en lo cotidiano. Su mensaje para otras mujeres es claro: cuidar de tu salud, rodearte de quienes te apoyan y nunca perder la esperanza son herramientas poderosas frente a la enfermedad.

Hoy, con la mirada puesta en el futuro, Czarina continúa su camino con resiliencia y la certeza de que la vida puede ser más fuerte que cualquier diagnóstico.