La vocación de ayudar se hereda: Carlos Ruiz quiere ser bombero

Como su padre, Carlos Ruiz, de 9 años de edad, quiere ayudar a quien más lo necesite en casos de emergencia.

Carlos Yael Ruiz Aguilar tiene 9 años y un sueño muy claro: convertirse en bombero, igual que su papá. 

Él es alumno de cuarto grado de primaria, y apasionado por la materia de robótica. Yael asegura que quiere seguir los pasos de su padre porque “lo quiere mucho” y quiere “ser un héroe como él”.

“Quiero apagar incendios, salvar personas y también ayudar a los animalitos que están en peligro, como lo hace mi papá todos los días”, contó entusiasmado. 

La vocación de ayudar se hereda: Carlos Ruiz quiere ser bombero

Ponerse el traje de bombero lo motivó a seguir su sueño. (Foto: Ramón Munguía/EXPRESO)

Recientemente, Yael tuvo la oportunidad de subirse a una de las unidades de bomberos, experiencia que lo dejó emocionado y aún más decidido a convertirse en rescatista.

“Me encantó ver la bombera, es un carro grande e impresionante”, dijo con una sonrisa.

La vocación de ayudar se hereda: Carlos Ruiz quiere ser bombero

Subirse a una unidad de bomberos es algo que siempre quiso hacer. (Foto: Ramón Munguía/EXPRESO)

Su padre, Carlos Luis Ruiz Serrato, es bombero y encargado de turno en la estación Colosio. Para él, ver que su hijo se siente inspirado por su labor, es motivo de orgullo y responsabilidad. 

“Siempre he tratado de inculcarle el espíritu de servicio y protección, contando historias y anécdotas adecuadas para su edad”, comentó.

Carlos Luis reconoce que, si bien el trabajo de bombero conlleva riesgos y momentos difíciles, busca siempre transmitirle a su hijo los valores de la prevención y el compromiso con la comunidad, sin exponerlo a los aspectos más duros del oficio. 

“Es importante compartir lo que los niños pueden entender, sin generar miedo, sino despertando respeto y admiración”, explicó.

La vocación de ayudar se hereda: Carlos Ruiz quiere ser bombero

Carlos quiere ayudar a las personas, como lo hace su padre. (Foto: Ramón Munguía/EXPRESO)

La figura de un héroe, para Yael, no está en las caricaturas ni en las películas: está en casa, vestido de uniforme y listo para servir.  

Y aunque aún le quedan muchos años por delante, su sueño ya tiene nombre, causa y ejemplo.