Entre calor y plegarias, Hermosillo honra a las madres fallecidas en su día

A pesar del calor, cientos acudieron desde temprano a los cementerios para mantener viva una tradición de memoria y afecto.

Este 10 de mayo no solo fue de fiesta y alegría; también fue de recuerdo, nostalgia y amor que trasciende el tiempo. En Hermosillo, como cada año, cientos de personas acudieron a los panteones de la ciudad para rendir homenaje a sus madres fallecidas, en una tradición profundamente emotiva que se mantiene viva con el paso de las generaciones.

Desde las primeras horas del sábado, decenas de familias llegaron a los cementerios con la esperanza de evitar el calor intenso, que desde temprano superó los 35 grados centígrados. A pesar de las altas temperaturas, el ambiente se llenó de flores, plegarias y un silencio respetuoso.

Entre calor y plegarias, Hermosillo honra a las madres fallecidas en su día

Foto: Ana María López/EXPRESO

Las tumbas, cubiertas por el polvo del tiempo, recobraron vida con los colores de coronas florales, globos y veladoras. Algunos visitantes limpiaron cuidadosamente las lápidas; otros se sentaron a rezar o simplemente permanecieron unos minutos en reflexión. No faltaron quienes llevaron comida para compartir, simbólicamente, un momento con sus seres queridos ausentes.

Tal es el caso de la familia Flores Munguía, que desde 2001 mantiene la tradición de visitar el panteón ubicado en la colonia Palo Verde.

"Limpiamos, adornamos y platicamos entre nosotros, recordándola con cariño", compartió una de las hermanas.

"Venimos cada año desde que falleció mamá. Aquí nos juntamos mis hermanos y yo, y pasamos un rato agradable recordando momentos, platicando anécdotas y riéndonos", añadió.

Por su parte, la Policía Municipal reportó baja afluencia a partir de las 11:00 de la mañana, cuando el calor se volvió más intenso. Sin embargo, se esperaba un repunte en las visitas durante la tarde, cuando las temperaturas descendieran y el clima fuera más tolerable.

Además, muchas personas optaron por acudir el domingo, al no poder hacerlo el sábado por motivos laborales. Esto ha extendido el homenaje a las madres en los panteones, transformándolo en un fin de semana de memoria y agradecimiento.

Aunque las ausencias duelen, el amor permanece. Y este 10 de mayo, una vez más, Hermosillo demostró que el vínculo entre madre e hijo no conoce fronteras… ni siquiera las de la vida y la muerte.