Del esplendor al olvido: la historia del mítico Cinema 70 en Hermosillo

Inaugurado en 1970, el Hermosillo 70 fue el cine más grande y moderno de su tiempo, con dos mil butacas y aire acondicionado, símbolo de una nueva era para el entretenimiento en la ciudad.

Durante más de dos décadas, el Cinema Hermosillo 70 fue el corazón del entretenimiento en la capital sonorense. Con su arquitectura moderna, dos mil butacas y aire acondicionado, marcó el salto de la ciudad hacia una nueva era cinematográfica.

"Inaugurado en 1970 por la Compañía Operadora de Teatros, una empresa paraestatal del gobierno federal que en aquel tiempo era propietaria del 80 por ciento de los cines del país", recuerda el cronista municipal Ignacio Lagarda Lagarda, "el Hermosillo 70 representó modernidad y lujo para la época".

El imponente edificio se levantaba sobre la calle Colima (hoy Gastón Madrid), entre Enrique García Sánchez y Garmendia. Su diseño tipo auditorio y una enorme pantalla ofrecían una visibilidad privilegiada desde cualquier asiento.

Contrario a lo que muchos pensaron, el nombre Cinema 70 no aludía al año de su apertura, sino a una innovación técnica que nunca se materializó.

"El nombre se le dio porque entonces se introdujo en México la cinta de 70 milímetros, que se planeaba proyectar ahí, aunque nunca se utilizó", explicó Lagarda.

La primera película que se exhibió en esa gran sala fue 'Hello, Dolly!', el musical estadounidense protagonizado por Barbra Streisand y dirigido por Gene Kelly.

"Era una cinta llena de color, música y espectáculo. Imagínate verla en un cine nuevo, con aire acondicionado y sonido de alta calidad; era toda una experiencia para la época", relató el cronista.

El recinto combinaba elegancia y funcionalidad. Su fachada era sobria, pero su interior deslumbraba con un alfombrado completo y cortinas de terciopelo que enmarcaban la pantalla.

"Tenía una enorme y moderna dulcería donde vendían, además de las palomitas, los chocolates Sanborns: Manisero, Cocolete, Capitán y Tecolote", recordó Lagarda.

Más que un cine: un escenario cultural

Aunque nació como templo del séptimo arte, el Cinema 70 también albergó espectáculos teatrales. Uno de los más recordados fue la puesta en escena de 'José el soñador', que reunió a familias enteras y marcó uno de los últimos momentos de esplendor del recinto.

Con el paso del tiempo, sin embargo, la falta de mantenimiento empezó a notarse.

"Pasaron 24 años y el cine requería urgentemente una remodelación; las condiciones en las que operaba ya eran deplorables", señaló el cronista.

La modernización nunca llegó. En 1994, el gobierno federal vendió la Compañía Operadora de Teatros, junto con otras empresas públicas como 'El Nacional' y los 'Estudios América'.

Durante sus años dorados, el Hermosillo 70 fue sede de grandes estrenos.

"Ahí se proyectaron 'Mecánica Nacional', 'La Naranja Mecánica', 'Tiburón', 'Love Story', 'Rocky', 'El Golpe', 'El Padrino' y 'Contacto en Francia', entre muchas otras", enumeró Lagarda.

El ocaso del Hermosillo 70

A mediados de los noventa, su decadencia coincidió con la apertura de los Cinemas Gemelos, frente al Sanborns del bulevar Encinas.

"Eran cines más pequeños, modernos y prácticos. Se convirtieron en los favoritos del público, mientras el Hermosillo 70 quedaba en el olvido", indicó el cronista.

Poco después llegó el auge de los videoclubes y las cintas en renta, que alejaron al público de las salas.

"Hubo un total abandono del cine cuando aparecieron las empresas que rentaban películas. Dejamos de asistir a las salas", comentó Lagarda.

A finales de los noventa, con la llegada de nuevas cadenas cinematográficas, el hábito regresó, pero ya nada fue igual.

Hoy, el edificio que alguna vez albergó al Cinema Hermosillo 70 no conserva nada de su antigua gloria.

"Estaba abandonado, invadido por malvivientes y personas de la calle. Hasta donde tengo registro, era propiedad de Cinematografía de Hermosillo 70 S.A.", lamentó el cronista.

Memoria perdida

Ignacio Lagarda reconoce que es difícil hallar imágenes del Hermosillo 70.

"En los años setenta y ochenta era raro que la gente llevara cámaras. No se acostumbraba tomarse fotos en el cine; los únicos que lo hacían eran los reporteros gráficos", explicó.

Así, parte de la memoria visual del Hermosillo 70 se perdió para siempre, quedando viva solo en los recuerdos.

"Fue el cine más grande y moderno que tuvo Hermosillo en su tiempo, símbolo de una época en que ir al cine era toda una experiencia colectiva", concluyó Lagarda.