Entre flores y moños: Marilyn mantiene viva la tradición de las coronas

Sin perder el ritmo rápido en sus manualidades, Marilyn Arzate comenta que ella comenzó desde los nueve años en el oficio familiar. Y hoy a sus 35 años, representa la tercera generación de una familia dedicada a la venta de artículos florales.

En el local de Marilyn Arzate, el aire huele a listones nuevos y a paja seca, con ramos y coronas que empiezan a llenar los pasillos, mientras que los clientes llegan a preguntar precios, comparar modelos y llevar los primeros materiales para elaborar los adornos con que recordarán a sus difuntos.

“Estoy manejando el ramito en 30 pesos y el ramo grande en 65; los aros de paja ya suben un poco más, de 55, 65 y 75, según el tamaño”, comenta Marilyn con naturalidad, entre rollos de listón y flores de tela. 

Sin perder el ritmo rápido en sus manualidades, comenta que ella comenzó desde los nueve años en el oficio familiar. Y hoy a sus 35 años, representa la tercera generación de una familia dedicada a la venta de artículos florales.

En su mesa de trabajo descansan tijeras, alambres y cintas que usa para dar forma a moños y arreglos. “Me gustan todos, pero creo que los moños son mi favorito”, dice mientras acomoda con precisión un rollo color vino. Lo hace casi sin mirar, con la destreza que da el hábito.

A unos días del Día de Muertos, la actividad se siente más viva. Desde el jueves pasado, cuenta, “ya se empezó a ver más gente, sobre todo quienes compran para revender o los que hacen las coronas en familia”

La venta, sin embargo, no alcanza los picos de otras fechas como el 14 de febrero o el 10 de mayo. “Ya para el 31 baja un poco, porque muchos buscan lo ya hecho”, explica.

Mientras que el puesto, instalado en el mismo sitio desde hace más de 60 años, guarda la memoria de su abuela y de su bisabuela, quienes comenzaron el negocio cuando Hermosillo todavía era más pequeño. 

“Estamos hablando de mi nana, la mamá de mi abuela; luego mi abuela, mi papá y ahora nosotras”, dice con una sonrisa que mezcla orgullo y nostalgia.

Mientras habla, una clienta se detiene a mirar los aros decorados y pregunta el precio de uno grande y Marilyn le atiende con amabilidad.

 Sabe que detrás de cada corona no solo hay alambre y flores: hay un gesto de amor, una tradición que como su familia se niega a desaparecer entre los días y las ventas.