Aroma, sabor y comunidad: así se disfruta el Festival del Café en Hermosillo

Desde las 15:00 horas, los alrededores del parque comenzaron a llenarse de familias, parejas y grupos de amigos que caminaron entre los stands para degustar distintas propuestas, mientras la música en vivo añadía un toque festivo al ambiente.

En el corazón del Parque Madero, la tarde dominguera se volvió un escenario perfecto para el aroma del café recién preparado, durante el primer Festival del Café  que reunió a fanáticos de la cafeína y a más de 40 emprendedores de Hermosillo, Obregón y Guaymas, quienes presentaron sus especialidades entre bebidas amargas, tostados suaves y mezclas dulces que atrajeron a cientos de curiosos.

Desde las 15:00 horas, los alrededores del parque comenzaron a llenarse de familias, parejas y grupos de amigos que caminaron entre los stands para degustar distintas propuestas, mientras la música en vivo añadía un toque festivo al ambiente. 

La zona de la fuente, los corredores y la Concha Acústica se transformaron en un pequeño mercado de sabores, además de las degustaciones, el festival creó un espacio para la convivencia: emprendedores del mundo cafetero y amantes del café compartieron experiencias, consejos y anécdotas, fortaleciendo una comunidad que cada vez gana más terreno en la ciudad.

Uno de los grandes atractivos del encuentro fue la villa navideña, formada por 150 casitas de jengibre y alrededor de tres mil galletas que se repartieron gratuitamente hacia el final de la jornada, un detalle que cerró con dulzura la primera edición de este festejo al café y la temporada decembrina.

A lo largo de los pasillos improvisados, también se dieron cita productores de cacao, reposteros y artistas locales que complementaron la experiencia con postres artesanales, piezas decorativas y presentaciones en vivo. La mezcla de propuestas permitió que cada visitante encontrara algo distinto, desde métodos de extracción tradicionales hasta fusiones contemporáneas.

Conforme caía la tarde, el flujo de visitantes no disminuía, y el parque adoptó una atmósfera cálida, casi de feria comunitaria, entre tazas y vasos humeantes, fotografías para redes sociales que dejaron registro del festival en Hermosillo, así como el impulso que estos encuentros brindan al emprendimiento local.