Israel asesina a líderes militares y científicos iraníes en bombardeo masivo
De acuerdo con las FDI, más de 200 aeronaves participaron en los ataques dirigidos a más de 100 objetivos estratégicos en distintas zonas de Irán.
Una operación aérea de gran escala por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) provocó la muerte de altos mandos militares, científicos y civiles iraníes durante la madrugada del viernes, en uno de los episodios más intensos del actual conflicto en Medio Oriente.
De acuerdo con las FDI, más de 200 aeronaves participaron en los ataques dirigidos a más de 100 objetivos estratégicos en distintas zonas de Irán, incluida su capital, Teherán. Entre los fallecidos se encuentran tres figuras clave en la cúpula militar iraní:
Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor; Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica, y Gholam Ali Rashid, líder del comando central Khatam al Anbia, quien también murió junto con su hijo.
La ofensiva también cobró la vida de otros altos mandos, como Amir Ali Hajizadeh, general de brigada de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria; Davoud Sheikhian, encargado de la defensa aérea; Mehdi Rabbani, alto responsable operativo del Estado Mayor, así como su familia; y Esmail Qaani, comandante de la Fuerza Quds.
En el ámbito académico, se confirmó la muerte de Fereydoun Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y Mohammad Mehdi Tehranchi, rector de la Universidad Islámica Azad. Además, medios iraníes informaron el fallecimiento de al menos cuatro científicos nucleares más, uno de ellos junto a su esposa.
El ataque dejó también víctimas entre la población civil, aunque las cifras exactas aún no han sido confirmadas.
Desde Jerusalén, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que el operativo fue un golpe directo al “corazón del programa nuclear iraní”. En respuesta, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, prometió represalias severas contra Israel y denunció la agresión como un acto de guerra.
El gobierno iraní ha solicitado al Consejo de Seguridad de la ONU una reunión de emergencia para abordar lo que califica como una violación flagrante del derecho internacional y una amenaza a la estabilidad regional.
