Crece tensión global tras amenaza iraní de cerrar el Estrecho de Ormuz

El aval del Parlamento de Irán para cerrar el Estrecho de Ormuz tras los ataques de EU a instalaciones nucleares eleva el riesgo de crisis energética mundial y marca una escalada crítica en el conflicto en Medio Oriente.

El conflicto en Medio Oriente escaló este domingo a una fase crítica luego de que el Parlamento de Irán aprobara formalmente el cierre del Estrecho de Ormuz, una de las rutas marítimas más importantes del mundo para el comercio de petróleo y gas.

Si bien la decisión final queda en manos del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, la señal enviada por el régimen iraní ya genera repercusiones económicas y geopolíticas a nivel global.

La medida se plantea como represalia directa a los bombardeos realizados por Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares en Irán el sábado por la noche, considerados por Teherán como una "violación grave del derecho internacional y del Tratado de No Proliferación Nuclear".

El general Esmaeil Kousari, legislador y comandante de la Guardia Revolucionaria, advirtió que la respuesta militar "fue solo una parte" y que el país está listo para ejercer “todas las opciones” para defender su soberanía.

¿Qué es el Estrecho de Ormuz?

El Estrecho de Ormuz es una franja de apenas 32 kilómetros de ancho que conecta el Golfo Pérsico con el Mar Arábigo. Por esta vía marítima transita alrededor del 20 por ciento del petróleo global y el 30 por ciento del gas natural licuado que exportan potencias energéticas como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irak y el propio Irán. Su cierre afectaría directamente los suministros hacia Asia y Europa, y tendría un impacto inmediato en los precios internacionales de los combustibles.

De hecho, tras conocerse la decisión del Parlamento iraní, los mercados comenzaron a reaccionar: el precio del crudo Brent se incrementó en 3.2 por ciento, alcanzando los 79.50 dólares por barril, mientras que los valores futuros del índice S&P 500 retrocedieron un 0.5 por ciento.

Expertos como Warren Patterson, estratega de materias primas de ING Research, alertaron que “una interrupción significativa de estos flujos podría elevar el petróleo hasta los 120 dólares por barril”.

Preocupación internacional

Desde Washington, el vicepresidente JD Vance calificó la medida como “suicida” para Irán, al señalar que toda su economía depende también del libre tránsito por el estrecho. Aun así, analistas advierten que la amenaza es tomada en serio por la comunidad internacional, ya que en el pasado Irán ha hostigado buques petroleros en esta zona clave.

Además del efecto económico, el cierre del estrecho supondría una provocación directa a las fuerzas estadounidenses desplegadas en la región.

"No creo que sea una operación de tres o cuatro días, podría durar mucho más", advirtió Anthony Gurnee, exanalista de inteligencia naval citado por The Wall Street Journal.

Por ahora, el tránsito marítimo por Ormuz se mantiene, pero la amenaza iraní representa un punto de quiebre en la crisis actual. De concretarse, el cierre podría desencadenar una respuesta militar internacional inmediata, profundizar el aislamiento de Irán y generar un reacomodo estratégico entre grandes potencias como China, Rusia y Estados Unidos.

Mientras tanto, la comunidad internacional, incluidos actores como la ONU y gobiernos europeos, han llamado a la contención, conscientes de que el cierre de una arteria energética como Ormuz no solo tendría consecuencias regionales, sino globales.