Protestas en Ucrania marcan punto de inflexión en mandato de Zelenski

La aprobación de una polémica ley que subordina a las agencias anticorrupción al fiscal general desata las mayores protestas contra el presidente ucraniano desde el inicio de la invasión rusa.

Las mayores manifestaciones contra el gobierno de Volodímir Zelenski desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 se desataron esta semana, luego de que el presidente firmara una controvertida ley que otorga al fiscal general el control sobre las dos principales agencias anticorrupción del país.

La medida, aprobada con rapidez por el Parlamento ucraniano y promulgada por Zelenski el martes por la noche, otorga a una figura políticamente designada la supervisión de la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y de la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO). Organizaciones civiles, políticos opositores y aliados occidentales han advertido que la ley debilita la independencia de estas instituciones clave y representa un serio retroceso en los compromisos democráticos del país.

Multitudes se congregaron en Kiev, así como en Leópolis, Dnipró y Odesa, para expresar su rechazo. En la capital, cientos de personas portaron carteles con consignas como "Elegimos Europa, no autocracia" y "Mi padre no murió por esto", en alusión al sacrificio de soldados y civiles durante la guerra.

La presión también provino del extranjero. La Unión Europea y el G7 expresaron su "profunda preocupación" por lo que califican como un debilitamiento institucional.

"El desmantelamiento de las salvaguardias que protegen a la NABU constituye un grave retroceso", afirmó Marta Kos, comisaria europea para la ampliación.

Transparencia Internacional y la Cámara de Comercio Americana advirtieron que la nueva ley pone en riesgo la confianza internacional en la lucha anticorrupción de Ucrania, que ha sido una condición clave para recibir ayuda financiera y avanzar en las negociaciones de adhesión a la UE.

En su defensa, Zelenski argumentó que la reforma busca "liberar a las agencias de la influencia rusa", luego de que se detuviera a empleados de la NABU por presunto espionaje. El presidente también criticó la falta de resultados por parte de estas instituciones, señalando que múltiples casos de corrupción millonaria permanecían estancados.

Sin embargo, las agencias afectadas emitieron un comunicado conjunto en el que acusaron que se les ha privado de las garantías legales que les permitían operar con independencia y exigieron la revocación de la ley.

Para críticos dentro de Ucrania, la decisión de Zelenski contradice su principal promesa electoral: combatir la corrupción sistémica que históricamente ha afectado al país. Dmitró Kuleba, exministro de Exteriores, lo resumió tajantemente: "Es un mal día para Ucrania".

Incluso desde el frente de guerra llegaron voces críticas. Yegor Firsov, sargento jefe de un pelotón de drones, escribió en redes sociales: "Nada es más desmoralizante que ver que, mientras estás en una trinchera, alguien roba al país por el que tus hermanos mueren".

Aunque Zelenski asegura que las funciones de NABU y SAPO seguirán vigentes, el creciente descontento ciudadano y la inquietud internacional colocan a su administración ante uno de los mayores desafíos políticos desde el inicio del conflicto con Rusia. La reforma ha abierto una grieta interna que, según analistas, podría redefinir el curso del gobierno ucraniano en plena guerra.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS