Prohibición no basta: piden más educación sobre bebidas energéticas

Especialistas advierten que prohibir la venta de bebidas energéticas a menores no es suficiente. La nutrióloga clínica Herminia Mendívil señaló que se requiere educación y conciencia familiar para evitar riesgos a la salud, sobre todo cuando se combinan con alcohol.

El consumo de bebidas energéticas entre niños y adolescentes en México ha aumentado en los últimos años, lo que llevó a impulsar iniciativas para prohibir su venta a menores de edad.

Estas bebidas contienen altas concentraciones de cafeína, taurina, guaraná y azúcares añadidos, compuestos que pueden generar efectos adversos en el sistema nervioso y cardiovascular.

La nutrióloga clínica Herminia Mendívil Arteaga explicó que los riesgos son mayores en menores de edad, pues su organismo aún está en desarrollo.

“Son estimulantes directos del sistema nervioso y cardiovascular. Pueden causar palpitaciones, presión arterial elevada y afectar la concentración, sobre todo con consumo frecuente”, detalló.

La mezcla con alcohol, un riesgo mayor

De acuerdo con la especialista, la combinación de bebidas energéticas con alcohol —una práctica común entre jóvenes— incrementa los riesgos de salud, al provocar una alteración extrema del organismo: mientras el alcohol deprime al sistema nervioso, la cafeína y otros componentes lo sobreestimulan.

“Esta mezcla puede generar un consumo excesivo de alcohol porque se ocultan sus efectos, al tiempo que el cuerpo se mantiene en estado de alerta, lo que incrementa el riesgo de complicaciones cardiovasculares”, señaló Mendívil.

La especialista destacó que, si bien la prohibición de venta a menores es un paso importante, no resolverá el problema por sí sola.

“La prohibición debe ir acompañada de conciencia en los padres y educación en los jóvenes. No se trata solo de decir ‘no lo consumas’, sino de explicar qué pasa en el cuerpo cuando se ingieren de forma frecuente”, comentó.

Más allá del azúcar

Aunque algunas versiones se publicitan como “sin azúcar”, Mendívil subrayó que la preocupación no se limita a lo calórico, sino a los estimulantes en dosis altas como la cafeína y la taurina, cuyo impacto puede ser perjudicial incluso en adultos con problemas de hipertensión o afecciones cardíacas.