Joel “Élite Joe” Cazares, el gamer sonorense que conquistó el mundo
Solo ocho jugadores en el mundo clasifican a la final global de Asphalt Unite.
A los seis años, la vida de Joel Alejandro Cazares cambió sin que él lo imaginara. No fue en un estadio, ni frente a una computadora de última generación, sino en la sala de su casa, observando a sus dos tíos jugar videojuegos. “Ahí me llamó la atención”, recuerda. “Desde entonces me interesé en una gran variedad”.
Su primer contacto fue con títulos clásicos de Mario en la GameCube (Mario Kart, Mario Baseball), además de FIFAy Resident Evil. Sin embargo, su camino competitivo comenzó años después, a los 13, cuando descubrió un universo que lo atraparía de por vida: Asphalt, el popular juego de carreras de Gameloft.
En 2014, durante la era dorada de Asphalt 8, su nombre empezó a resonar dentro de la comunidad.
En el 2018 cuando Gameloft dio el paso definitivo hacia los eSports. Ese año se celebró el primer torneo oficial en Ciudad de México para la nueva entrega de la franquicia, conocida hoy como Asphalt Unite. Para Joel, esa competencia marcó el inicio de una carrera profesional que lo llevaría más lejos de lo que imaginaba.
Gracias a los videojuegos, Cazares ha recorrido el mundo: ha estado en Estados Unidos, Ámsterdam, España (en distintas sedes) y Alemania. Su palmarés es igual de impresionante: ha ganado torneos nacionales, de Norteamérica y un campeonato mundial.
“Es una experiencia profesional, como la de cualquier deportista”, afirma. Y no exagera: las organizaciones se encargan de todo (logística, viáticos, trato especial, salas VIP y experiencias exclusivas para los jugadores). “Realmente me siento afortunado, pero como todo, hay un riesgo para llegar a esas estancias”.
El precio de competir entre los mejores del mundo
La clasificación mundial no es un proceso amable. Solo ocho jugadores en todo el planeta logran llegar al escenario principal.
“Una ronda dura una semana. Para clasificar, un jugador puede entrenar entre 5 y 8 horas diarias durante los siete días”, explica. Cada semana se eligen solo dos finalistas, hasta completar la lista de ocho. “Es un precio que no muchos están dispuestos a sacrificar”, admite.
Llegar al escenario es otra historia. La presión es enorme: público frente a ti, cámaras, luces, miles de personas conectadas en YouTube.
“Sí es de ponerse nervioso”, reconoce. “Al llegar a jugar la primera carrera, es el momento clave para mantener la calma. Sabes lo que tienes que hacer y no debes pensar en nada más que en ganar”.
Para controlar la ansiedad, Joel usa un truco mental: imaginar que está jugando en su habitación, como cuando empezó. “La realidad es otra, pero trato de proyectarme ahí”, dice.
Lo que empezó como un hobby a raíz de su infancia por presenciar a sus tíos jugando en una consola, a sus 26 años ha logrado conocer distintos países de manera gratuita, ha vivido experiencias que jamás imagino, y aunque sus padres dudaron un momento de que todo era real, lograron confirmándolo apoyando a Élite Joe, su seudónimo dentro de la vida Gamer.












