Muere Brigitte Bardot, ícono del cine francés, a los 91 años
Fue una leyenda del cine francés, símbolo de libertad femenina y defensora de los animales.
La actriz francesa Brigitte Bardot falleció este domingo a los 91 años. Fue una de las figuras femeninas más influyentes del siglo XX, reconocida por su sensualidad, su espíritu libre y una carrera cinematográfica que la convirtió en un símbolo mundial antes de retirarse para dedicarse a la defensa de los animales.
Bardot filmó cerca de medio centenar de películas, impuso un estilo de vestir simple y provocador, y contribuyó a forjar la leyenda de destinos como Saint-Tropez, en Francia, y Búzios, en Brasil.
El presidente de Francia lamentó su muerte a través de redes sociales con un mensaje de homenaje: “Sus películas, su voz, su fama deslumbrante, sus iniciales, sus penas, su generosa pasión por los animales, su rostro que se convirtió en Marianne: Brigitte Bardot encarnó una vida de libertad. Una existencia francesa, un resplandor universal. Nos conmovió. Lloramos a una leyenda del siglo”.
Una leyenda del cine
Bardot irrumpió en la pantalla grande en 1956, a los 22 años, con Y Dios creó a la mujer, película realizada especialmente para ella por su entonces esposo, el cineasta Roger Vadim. Una escena en la que aparece descalza, con el cabello suelto, bailando mambo sobre una mesa con la falda abierta hasta la cintura, provocó escándalo. Mientras en Francia la recepción fue fría, en Estados Unidos cautivó al público.
Su imagen influyó en toda una generación de jóvenes y contribuyó a la liberación sexual en una sociedad todavía rígida. La filósofa Simone de Beauvoir quedó impactada por su figura y escribió: “Anda descalza, ignora deliberadamente la ropa sofisticada, las joyas, los perfumes, el maquillaje, todos los artificios (...) Hace lo que le da la gana, y eso es lo que perturba”.
La periodista Marie-Dominique Lelièvre, autora de una biografía sobre la actriz, resumió su impacto: “Fue el ídolo de toda una generación de mujeres, una referencia importante”.
En la vida real, Bardot mantuvo la misma libertad que en sus personajes. “Una chica de su época, liberada de todo sentimiento de culpa, de todo tabú impuesto por la sociedad”, aseguró Roger Vadim.
Sin embargo, la fama tuvo un costo. Fue perseguida constantemente por fotógrafos y perdió su privacidad incluso durante el nacimiento de su hijo en 1960. “La histeria que me rodeaba era una locura. La sala de partos instalada en mi casa, los fotógrafos detrás de las ventanas”, relató años después. Confesó que ese episodio marcó su relación con su único hijo, Nicolas, quien fue criado por su padre, el actor Jacques Charrier.
Bardot se casó en cuatro ocasiones: con Roger Vadim, Jacques Charrier, el millonario Gunter Sachs y el industrial Bernard d’Ormale, quien la acompañó hasta el final de su vida.
Enamorada de Saint-Tropez, un tranquilo pueblo de pescadores en el sur de Francia, Bardot lo convirtió en punto obligado de la jet-set internacional. En su casa, “La Madrague”, recibió a figuras como un joven Bob Dylan, quien le dedicó su primera canción, o John Lennon. Años después lamentó que el lugar se transformara en “una ciudad de millonarios donde ya no se reconoce nada de su encanto”.
En 1973, cansada del desgaste de la fama y del acoso de los paparazis, decidió poner fin a su carrera cinematográfica a los 38 años. Comenzó entonces una segunda etapa enfocada en la defensa de los animales, una causa poco común en ese momento. Fue una activista antitaurina y en 1986 creó su propia fundación.












