"Ningún sentimiento es inválido": el mensaje de salud mental de Julio Ávila
Julio Ávila reflexionó sobre su paso por 'La Academia', programa del que obtuvo el tercer lugar gracias a su destacada participación, pero también logró un gran crecimiento personal y ganó lecciones de vida durante el reality.
Luego de casi dos semanas de la gran final de 'La Academia', Julio Ávila conversó con nosotros acerca de cómo es estar dentro del concurso, los retos, la dinámica vivida en su temporada y la lección personal que esta oportunidad le dejó.
"Es una experiencia, es un viaje muy bonito, muy increíble, lleno de muchos colores y sentimientos", fueron las primeras palabras con las que el joven hermosillense describió el reality show en entrevista con Leia Sandoval para el programa 'D+' de Pop Extremo.
El talentoso sonorense subrayó, además, que sin duda alguna más que un programa es una escuela de la que aprendió mucho desde el primer día.
El principio de su aventura
La idea de participar surgió de una publicación en redes sociales: "Vi que estaba la información y la oportunidad de hacer el casting en línea, y dije 'tengo que ver qué onda'. Tenía mis dudas al principio, pero lo platiqué con mi mamá y un 'compa' y me dijeron 'mira, el no ya lo tienes, si no lo intentas, tú solito te cerraste la puerta; el chiste es buscar el sí', y a partir de ahí comienza la aventura, el registro, los castings y comenzar a pasar los filtros, poco a poco logrando ya un sí total".
No es secreto para nadie que la participación en este concurso puede ser complicada por la estadía, la falta de contacto con familiares y de soporte emocional, pero además, las críticas de los jueces que recibían cada semana podía ser un punto vulnerable para los académicos.
Al respecto, Julio declaró: "Sus críticas siempre fueron de objetividad y de intentar impulsarte, hacer crecer al artista. Tenías que entender que no siempre te lo iban a decir con pincitas, no te lo dicen personalmente a ti, no te lo dicen por quererte hacer mal a ti, se lo dicen a tu versión artista para hacer crecer esa versión y que sea más completa".
Sin embargo, con grandes oportunidades vienen también grandes inseguridades, y sin duda el joven prospecto de la música no fue la excepción.
Síndrome del impostor
Julio compartió en 'D+' cómo de forma sutil comenzó a experimentar el síndrome del impostor, un fenómeno psicológico que ocasiona que personas competentes que consiguen éxito en sus carreras comiencen a tener la sensación de que no merecen sus logros.
"Fue un poco lo que me estaba pasando al principio, de no querer intentarlo por miedo de que me dijeran que no a la primera, y curiosamente estando ahí dentro fue algo que nos dio a muchos; pensar que no nos merecíamos estar ahí, que habían muchas personas mucho mejores que nosotros para tomar nuestro lugar, pero también en 'La Academia' vas aprendiendo que uno tiene que recibir lo que le dan con los brazos abiertos y disfrutar al máximo".
Salud mental
Julio expresó que termina esta experiencia agradecido con la producción por hacerlo sentir bien y llevar su potencial al máximo. También, reflexionó acerca del aprendizaje personal que obtuvo en sus tres meses de estancia, así como lecciones relacionadas con la salud mental.
"En mi caso, a mí me pegó muy fuerte la ansiedad dentro del proyecto, pero eso ya es entre comillas culpa mía por no haberla tratado, por no haberla manejado antes. Entonces, yo le quisiera recomendar a toda la raza que siempre hablen consigo mismos, que se escuchen a sí mismos para buscar la manera de tratar y manejar cualquier diagnóstico que pudiéramos tener para llevar una vida de la mejor manera, para que no nos llegue a afectar de manera crónica cualquier condición o diagnóstico que pudiéramos tener".
Por ello, el ganador del tercer lugar de la decimocuarta generación de 'La Academia' recomienda atender la salud mental sin importar la situación en la que las personas se encuentren, y tomarla con la importancia que se debe.
"Lo que les puedo recomendar es siempre tratarlo con un profesional y siempre intentar expresar qué sienten, qué piensan. Ningún sentimiento es inválido", finalizó.