María Victoria se hace presente las Mañanitas a la Virgen

La última diva de la Época de Oro del cine mexicano sorprendió a los fieles durante la transmisión de las Mañanitas; aunque se trató de una grabación especial, su interpretación de "Qué hermosura tan bella" y su mensaje de fe emocionaron a la audiencia.

En el marco de los festejos del 12 de diciembre, numerosas personalidades del espectáculo se sumaron a la celebración mariana más grande de México, pero fue la primera actriz María Victoria quien se robó el corazón de los fieles. A sus impresionantes 102 años de edad, la legendaria intérprete "cumplió" una vez más con la Morenita del Tepeyac.

Durante la transmisión especial desde la Basílica de Guadalupe, la presencia de María Victoria sorprendió a la audiencia. La última gran diva de la Época de Oro del cine mexicano apareció en pantalla luciendo un elegante atuendo azul cobalto con detalles de pedrería, su icónico peinado hacia atrás y labios rojos, postrada frente a la imagen sagrada para dedicarle su canto.

Una grabación llena de fe

Aunque la imagen causó furor en redes sociales, medios especializados como TVyNovelas y Las Estrellas aclararon el contexto de esta emotiva participación. Lo que los televidentes presenciaron fue una grabación especial utilizada por Televisa Univision para engalanar la cobertura, y no una visita en vivo reciente.

En el video, María Victoria interpretó el tema “Qué hermosura tan bella”, una pieza que ya le había dedicado hace dos años en este mismo recinto. Sin embargo, lo que resonó con fuerza fue el profundo agradecimiento que la actriz expresó hacia la Virgen:

“Gracias, madre mía, gracias. Muchas gracias que me diste licencia de volver a estar aquí contigo. Gracias y que nunca nos olvides”.

Medio siglo de devoción

El vínculo entre María Victoria y la Virgen de Guadalupe es una historia de fe que abarca más de 50 años. Su fervor comenzó hace medio siglo, en un momento crucial de su vida personal: cuando estaba embarazada de su hija María Esther (conocida cariñosamente como Tete).

Desde entonces, la actriz se convirtió en una peregrina constante, acudiendo año con año a la Basílica de la mano de miles de feligreses para agradecer los favores recibidos. Hoy, a través de las pantallas, su legado artístico y espiritual sigue vigente, recordándonos que la devoción guadalupana trasciende el tiempo.