Cayeron las máscaras en el INE
"Cayeron las máscaras en el INE", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón
La metáfora del “elefante en la sala” hizo caer las máscaras de los seis consejeros del Instituto Nacional Electoral que, contra los votos de cinco independientes del obradorato, validaron la elección más excrementicia de que se tenga memoria.
El 15 de junio, uno de los respetables integrantes del Consejo General, Arturo Castillo, había puesto el dedo en la farsa.
“Quiero referirme al elefante en la sala del que nadie quiere hablar, los acordeones. Se trata de posible propaganda ilícita pagada con recursos prohibidos. Constan denuncias por la distribución de por lo menos 37 modelos de acordeones presuntamente distribuidos en 15 entidades. En los cargos nacionales, las candidaturas ganadoras estaban incluidas en 80% de los acordeones y en los cargos de las salas regionales en 85% (…). Se trató de una estrategia propagandística dirigida a beneficiar a las mismas candidaturas…”.
El jueves 26, el consejero Uuc-kib Espadas cometió la majadería de hacer befa y mofa de lo dicho por Castillo para intentar minimizar la trampa y confrontar los demás argumentos de quienes rechazaron validar la patraña del 1 de junio.
“Pretender que ese acordeón es un instrumento más poderoso que la mismísima flauta de Hamelin que determinó la elección, es francamente fantasioso”, dijo y se pitorreó de las razones de sus pares no morenianos apoyándose en artilugios de feria, entre otros un globo de gas con forma de elefante, para burlarse de lo que calificó “poco serio o fantasioso”.
Se fue después contra Martín Faz, quien resaltó las probabilidades de combinaciones posibles entre la cantidad de candidaturas y cargos a elegir, señalando que no validaría la elección porque los triunfos en los cargos nacionales coincidían en un 80% con los acordeones.
Espadas elevó la cifra esgrimida de “siete mil 400 millones de combinaciones posibles” de Faz a cantidades estelares apoyándose en un D4 gigante. “Es un dado tetraédrico”, explicó, mostrando la pirámide para hacerse entender.
“Si nosotros tiramos un D4 54 millones 975 mil 188 veces, obtenemos un resultado consistente en 12 millones 610 mil 120 veces de que salga el uno; nueve millones 289 mil 853 veces que salga el dos; 30 millones 113 mil 483 veces que salga el tres y dos millones 961 mil 732 veces que salga el cuatro. Que esta combinación ocurra tiene una probabilidad de uno entre 380 mil 588 cuatrillones…”.
Y aludiendo a Castillo y el elefante, de una bolsa para basura sacó el globo de helio y lo dejó flotar sobre la herradura en que sesiona el Consejo General.
“No tengo ningún problema en discutir sobre el elefante en la sala pero metámosle algo de seriedad, por favor…”, se burló.
Y luego se cepilló a Claudia Zavala, Jaime Rivera y Dania Ravel, de quienes debiera aprender, ya que la evocó, a comportarse con seriedad.
Con las lopezobradoristas mayorías del sexteto en el INE y el triunvirato en el Tribunal Electoral, el destartalamiento de la democracia en México ya va oliendo a difunto…
Carlos Marín
cmarin@milenio.com