Imprudente respaldo a Rocha Moya
"Imprudente respaldo a Rocha Moya", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón
Ante la falta de información y la pésima relación en temas de seguridad, a las agencias de ese país les basta el magnífico vínculo de la presidenta Claudia Sheinbaum con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, para que mantengan el hermetismo sobre sus enjuagues con los hijos del “Chapo” Guzmán y todo lo relacionado con el secuestro del “Mayo” Zambada.
Para tenerse confianza, menos abona la imprudente visita que la mandataria hizo a Sinaloa el mismo día en que Ovidio Guzmán se declaraba culpable de cuatro cargos en una corte federal en Chicago para anunciar una inversión “histórica” del IMSS-Bienestar en la construcción de un hospital general y la ampliación de capacidad del hospital psiquiátrico.
Sonrientes, ambos gobernantes exaltaron lo que Rocha Moya describió como la consolidación del “proyecto transformador” de la nación.
“El pueblo de México, y con él Sinaloa, avanzamos firmemente unidos y solidarios bajo su liderazgo humanista y democrático”, le dijo.
Teniendo razón en su reclamo de que se le informe sobre Ovidio, a quien México extraditó cumpliendo los requerimientos suscritos entre los dos países y por lo tanto reclamando el derecho a saber cuáles son los acuerdos a que están llegando con él y se le expliquen los detalles del plagio del capo mexicano, la visita a Sinaloa fue cuando menos impertinente, porque la fiscalía de su estado intentó encubrir el asesinato del exrector de la Universidad Autónoma y exalcalde de Culiacán, Héctor Melesio Cuén, la mañana en que Joaquín Guzmán López entrampó, sometió y secuestró al “Mayo”.
El reproche, pues, al Gobierno de Estados Unidos está plenamente justificado, pero distinto es el rasero de Sheinbaum con la Fiscalía General de la República, que evidenció el montaje de la fiscalía sinaloense para ocultar lo sucedido en el lugar del homicidio (en realidad al menos dos, contando un comandante de la policía estatal que custodiaba a Zambada).
¿Por qué nadie ha sido aprehendido por el invento de que a Cuén lo asesinaron en un imaginario intento de robarle su camioneta de noche y en una gasolinería? ¿Por qué el manto de protección al gobernador Rocha Moya, uno de los convocados en la farsa de que el “Mayo” mediaría entre él y el exrector para resolver sus disputas por la dirigencia en la UAS?
Suponiendo sin conceder que el mandatario nada tenga que ver con el narcotráfico, a nadie escapa la sospecha de amistad, relación y probable complicidad con la delincuencia organizada y esta suspicacia incluye a las autoridades estadounidenses.
En cambio, tanto la presidenta Sheinbaum como la FGR reaccionaron de inmediato a los señalamientos del abogado de Ovidio, Jeffrey Lichtman, quien aseguró que ella actúa más como publirrelacionista del Cártel de Sinaloa que como la líder que México merece.
Lo mejor era adecuarse al comentario de la Cancillería mexicana:
“No caeremos en provocaciones ni sostendremos debates con abogados de narcotraficantes confesos y convictos que sólo buscan notoriedad…".
Carlos Marín
cmarin@milenio.com