Otra reforma basada en patrañas
"Otra reforma basada en patrañas", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalarazón
El asesinato de contrapesos al poder presidencial, lejos de responder a una petición o “clamor popular”, se funda en los rencores de López Obrador, como se evidenció (precedidos por las caprichosas obras del aeropuerto civil junto a uno militar, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya) con la revocación de mandato, la desaparición de los entes reguladores autónomos, la reforma judicial y la siniestra reforma electoral que se avecina.
Hasta antes de 2018, durante casi 80 años de priatos y 12 de panatos, lo usual era que los cambios relacionados con los derechos humanos y las libertades fueran iniciativa ciudadana y/o de la oposición, pero en la 4t la acelerada descomposición de la República, sin diagnóstico de por medio y sustentada en un repertorio de patrañas, se ha gestado desde el Poder Ejecutivo.
Sin morderse la lengua, López Obrador decía que sus adversarios se inspiraban en Goebbels para repetir mentiras hasta imponerlas como verdad, pero tal es, precisamente, lo que hacen morenistas y morenianos: inventar cuentazos para perpetuarse, como soñaba Hitler, “mil años” en el poder.
La semana pasada, para descalificar la carta de exconsejeros y exmagistrados electorales que llamaron a una genuina discusión e inclusión pública sobre la reforma que se avecina, la presidenta Sheinbaum repitió la polvorienta mentira de que en las elecciones de 2006 “se cometió un fraude” contra su mentor y asegura que también hubo fraude en 2012.
Se le preguntó si los consejeros del INE podrán “incorporarse” a la comisión gubernamental que nombró para redactar la iniciativa.
“Pueden participar, más que incorporar”, respondió.
O sea: quedarán excluidos del grupo de incondicionales que encabeza Pablo Gómez.
“Se va a hacer una consulta amplia”, prometió, donde “va a haber el espacio para que todos opinen”.
Le insistieron:
- Vemos que solamente tienen derecho a voz y voto los representantes gubernamentales (…). ¿Por qué se decidió diseñar así esta instancia y no tal vez de una manera plural en la que también puedan tener voz y voto otros actores...?
Entre aquellos “otros actores” debieran estar los exconsejeros y exmagistrados electorales que se manifestaron por el debate abierto y tampoco van a ser tomados en cuenta.
Igualito que en la farsa de las consultas para la reforma judicial.
La Presidenta culpó del imaginario “fraude electoral” de 2006 a Luis Carlos Ugalde, a la sazón consejero presidente del actual INE.
El engaño se apuntala con la desmemoria colectiva de los falsos “argumentos” que el propio López Obrador esgrimió para inventar el “fraude” que jamás nadie puso probar:
- Que la autoridad electoral había manipulado “los algoritmos”.
- Que en el chanchullo participó Hildebrando, hermano de Margarita Zavala de Calderón.
- Y que hubo representantes de casilla en el Bajío (entonces del PRD) que lo “traicionaron”.
El caldo de larvas de la reforma que viene tiene como principal sazón una ruin sarta de mentiras…
Carlos Marín
cmarin@milenio.com