Este Cuauhtémoc resistirá
"Este Cuauhtémoc resistirá", escribe Joaquín López-Dóriga en #EnPrivado
Los hay que en su holgazanería mental, hacen de las hipótesis, tesis.
Florestán
Recuerdo que el 25 de septiembre de 1982, en plena debacle final del gobierno del presidente José López Portillo, cubrí como reportero en Veracruz el abanderamiento de lo que sería la embarcación más emblemática de la Marina de México, el buque escuela bautizado como Cuauhtémoc.
Su gobierno había pasado en una noche de "administrar la abundancia" a "sortear la crisis", cuando tras comprometerse a "defender al peso como un perro", en la quinta reunión de la República en Guadalajara, el 5 de febrero de aquel año, que devaluó dos semanas después, a nacionalizar la banca, decretar el control de cambios y expropiar los dólares que los mexicanos tenían en sus cuentas bancarias, el 1 de septiembre.
En caída libre, López Portillo ordenó la construcción del buque escuela en los Astilleros Celaya de Bilbao, en España, que inició el 24 de julio de aquel 1981 y fue botado allá un año después.
Desde entonces, y con los años, el bergantín de 90.5 metros de largo y doce de ancho, con tres palos mayores, había recorrido 829 mil millas náuticas, 38 vueltas al mundo, en 42 cruceros de instrucción, visitando 217 puertos de 63 países, graduando a más de doce mil cadetes de 41 generaciones, convirtiéndose en un símbolo y embajador de los mares.
Por años, me tocó ir a despedir y recibirlo en el muelle de la base naval de Acapulco, lo seguí en lancha en sus salidas y regresos, lo navegué, siempre sentí un orgullo y le tuve un cariño especial.
Por eso, cuando el sábado por la noche me enteré de la tragedia de Nueva York, por aclarar, de un barco que había superado todas las crisis y todos los gobiernos, me sumí en una profunda tristeza pensando en el velero, en los tiempos, en los cadetes, en la tripulación, en sus muertos y heridos, en sus familias y en la Marina toda.
Para mí fue una tragedia impensada e impensable.
RETALES
1.- MEZQUINOS. Sí, la de quienes aprovecharon la tragedia, miseria personal, no alcanzan la moral y se dedicaron a degradar o a elogiar al gobierno, con una mezquindad en todos los sentidos. Pero así es la miserable condición humana;
2.- AGRAVIO. Es el caso del presidente de la mesa directiva del Senado, Fernández Noroña, que obligó vía el gobierno a que un ciudadano le ofreciera disculpas por haberlo criticado en un salón VIP del aeropuerto, de esos de la 4-T. ¿Y las veces que él ha agraviado, y se lo digo por experiencia personal, nunca va a ofrecer una disculpa? Ese es el poder, de nuevo miserable, en los tiempos estelares de la 4-T. Ni los priistas; y
3.- SUBCULTURA. El Acamoto de Acapulco que reunió a cinco mil bikers, acabó en un escenario de violencia, saqueos, vandalismo, robos, agresiones y ocho de ellos muertos, lo que es una vergüenza y una tristeza. Pero dice el Gobierno de Guerrero "es que es promoción y derrama económica". Les digo.
Nos vemos mañana, pero en privado.