La era Trump
"La era Trump", escribe Ricardo Homs en #ColaboraciónEspecial
La era Trump está por iniciar y representa grandes riesgos para México.
Un importante sector de la sociedad mexicana -que forma parte de la clase media- supone que la llegada de Donald Trump a la presidencia significará una batalla frontal contra el crimen organizado de nuestro país promovida por el gobierno de Estados Unidos y ello le genera optimismo.
Sin embargo, la obsesión del gobierno norteamericano está centrada en el fentanilo y la migración indocumentada.
Nosotros, los mexicanos, hemos visto crecer durante los últimos años un fenómeno que se acrecentó con la complacencia gubernamental derivada de la política "abrazos y no balazos", de López Obrador. Éste es el crecimiento de la extorsión practicada por grupos criminales en contra de la población civil, gravando las actividades comerciales con el "cobro de piso" que a final de cuentas se transmite al consumidor, quien termina pagando la extorsión, como lo hemos visto con el aguacate, el limón y en algunas regiones con la venta de pollo y tortillas.
No nos hemos dado cuenta de la gravedad de que en muchas zonas el crimen organizado haya tomado control de ayuntamientos -no sólo de la policía y tránsito-, sino también de los presupuestos de obras públicas, de la secretaría de finanzas y de todas las áreas con alto ejercicio presupuestal. El sádico asesinato del alcalde Alejandro Arcos, de Chilpancingo, fue un aviso y amenaza dirigida a todos los demás ediles, de lo que les puede suceder si no se alinean con sus exigencias.
En la medida en que bajo la presión del gobierno del presidente Trump se dificulte operar la exportación de droga a Estados Unidos, es muy probable que todos los cárteles traten de compensar la pérdida de esos ingresos fortaleciendo la extorsión en nuestro territorio, llegando a apoderarse de la mayor parte de las entidades gubernamentales que ejercen alto presupuesto.
Frente a este escenario de pérdida de control gubernamental es que el gobierno federal debe tomar como prioridad fundamental el combate al crimen organizado, antes que cualquier otra actividad.
Sin embargo, el sector duro y cercano al expresidente parece estar a la defensiva, y son los que quizá obstaculizan las acciones policiacas de la secretaría a cargo de Omar García Harfuch.
La lucha en contra del crimen organizado, -para retomar el control territorial del Estado Mexicano-, requiere de una acción coordinada y con total apoyo ciudadano. Esto significa sensibilizar a los sectores sociales que se han alineado como simpatizantes de la delincuencia organizada -e incluso le protegen porque son beneficiarios de las supuestas acciones filantrópicas de estos cárteles.
Además, se vuelve fundamental luchar en contra del fenómeno cultural juvenil que idealiza -como sinónimo de éxito, poder y dinero- a los grandes capos del crimen organizado e impulsa a los jóvenes a tratar -de forma aspiracional- a emularles.
La perversa mezcla ideológica de la "lucha de clases" -por parte de la 4T- ha permitido que hoy en el imaginario colectivo de los sectores sociales marginados se legitime todo tipo de lucha en contra de las clases sociales "acomodadas", incluyendo las actuales actividades delincuenciales.
La ideología que confronta y divide a la sociedad favorece al crimen organizado.
Estos indicadores son un ejemplo de lo que nos espera con el recrudecimiento de la lucha contra el fentanilo que impulsará el presidente Trump.
Hay un gran riesgo de que estos grupos delincuenciales quieran rescatar el negocio perdido en el trasiego de drogas extorsionando aún más a los mexicanos.
Es urgente prepararnos también para una eventual crisis en el ámbito de adicciones, pues de tener éxito la administración del presidente Trump frenando el ingreso de drogas a su país, el producto que quede en nuestro territorio podría ser canalizado hacia el consumo interno, convirtiendo a nuestros jóvenes en grandes consumidores.
Ante este panorama de peligro inminente la presidenta Sheinbaum debe tomar como prioridad de su gobierno el combate al crimen organizado.
¿A usted qué le parece?