Una amistad verdadera
"Una amistad verdadera", escribe Pbro. José Martínez Colín en #VivirenCristiano
1) Para saber
No hay nada en esta tierra más valioso que ser agraciado con una amistad verdadera, decía Santo Tomás de Aquino. A ello se refirió la pregunta de una joven mexicana, Dulce María, al Papa León XIV en el Jubileo de los Jóvenes. Le manifestó su preocupación por la dificultad de encontrar una amistad sincera y un amor genuino, ya que es grande la influencia de las redes sociales que crean la ilusión de relaciones que resultan ser efímeras, ilusorias o peligrosas.
El Papa le contestó que la cultura nos ayuda a comprender el mundo, pero es como un diccionario con palabras nobles y vulgares, valores y errores: hemos de buscar con pasión la verdad, para no quedar confundidos con la mentira. Las redes sociales, siendo una oportunidad para el diálogo y el acceso a la información, pueden perjudicar cuando manipulan por interés comercial dirigiendo lo que tenemos que ver, pensar, o al proponernos amigos. Así corrompen nuestras verdaderas relaciones y convierten al hombre en una mercancía dominada.
Para encontrar una amistad auténtica, dice el Papa, sigamos el ejemplo de los santos. Como San Agustín que encontró la verdad que no defrauda en Jesucristo: un amor capaz de dar esperanza, porque “No hay amistad que sea fiel si no es en Cristo”.
2) Para pensar
Un relato ilustra el valor de la amistad: Un día, Arturo vio que Kyle, su compañero de clase, iba cargando todos sus libros y pensó que iba a estudiar el fin de semana. Pero un grupo de compañeros corrieron hacia él, le tiraron sus libros, lo empujaron y tiraron al suelo, para luego huir. Arturo le recogió sus anteojos y vio lágrimas en sus ojos, y le dijo: “Son unos tontos”. Kyle le agradeció. Comenzaron a hablar y, a partir de ahí, se hicieron muy buenos amigos. Cuatro años después llegó la Graduación. Escogieron a Kyle para el discurso, pues era el mejor. Arturo al verlo nervioso, le dio una palmadita: “Vas a estar genial”. Kyle le sonrió: “Gracias, amigo”.
Comenzó su discurso: “La Graduación es un buen momento para dar gracias a los que nos han ayudado: padres, maestros, hermanos... pero principalmente tus amigos. Ser amigo es el mejor regalo que podemos dar y recibir. Y por ello les voy a contar una historia”. Y comenzó a contar la historia del día que conoció a Arturo. Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. Había limpiado su armario para que su madre no tuviera que ir por los libros, pero “afortunadamente fui salvado. Arturo me salvó de hacer algo irremediable”. Arturo no lo creía. Los padres de Kyle lo miraban y sonreían con gratitud.
Terminó diciendo: “Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de alguien, para bien o para mal. Dios nos pone a cada uno frente a la vida de otros para impactarlos de alguna manera”.
3) Para vivir
Un criterio para saber si es auténtica la amistad, será ver si es según Jesucristo, es decir, con verdad, amor y respeto. «Ama verdaderamente al amigo quien ama a Dios en el amigo», dice san Agustín. El Papa nos exhorta: “Ámense los unos a los otros. Ámense en Cristo. Sepan ver a Jesús en los demás. La amistad puede cambiar verdaderamente el mundo. La amistad es el camino para la paz”.
Pbro. José Martínez Colín
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