Genaro embajador, entre el amiguismo y la homofobia

"Genaro embajador, entre el amiguismo y la homofobia", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras

La designación del internacionalista y analista de televisión, Genaro Lozano, como el nuevo embajador de México en Italia, ha desatado toda clase de reacciones. Desde las críticas de la oposición por su falta de experiencia diplomática y el uso político de las embajadas y del servicio diplomático mexicano para premiar a amigos y políticos afines al régimen de Morena, hasta las descalificaciones homofóbicas y discriminatorias por su orientación sexual, con las que pretenden descalificar su nombramiento para el cargo diplomático.

Lo primero, cuestionar si Lozano tiene o no la experiencia, el perfil y la carrera diplomática es totalmente válido, sobre todo a partir de la incongruencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, que junto con líderes de su movimiento siempre cuestionaron -cuando eran oposición- que los gobiernos del PRI y del PAN utilizaran los cargos diplomáticos, embajadas y consulados en el exterior, como posiciones para premiar a políticos, amigos y aplaudidores de los regímenes gobernantes. Una práctica del pasado que Morena repitió, sin ningún pudor ni vergüenza, desde el gobierno de López Obrador y que ahora, en la administración de Sheinbaum, sigue siendo una falta de respeto a los profesionales de carrera del Servicio Exterior Mexicano.

Lo segundo, criticar y atacar a Genaro por su orientación sexual, con memes y fotografías de su reciente boda, como lo han hecho usuarios de redes sociales y uno que otro político de la oposición y hasta diplomáticos de carrera, es un acto de homofobia e intolerancia que no tiene cabida ni sentido para cuestionar su nombramiento. Lozano nunca ha ocultado su identidad sexual y eso no lo descalifica en ningún sentido ni le impide desempeñar cualquier trabajo o posición pública. Su carrera de internacionalista egresado del ITAM y doctor en Ciencia Política por The New School of Social Research, le darían conocimientos y méritos académicos, aunque ciertamente no tiene ninguna experiencia diplomática previa y se le conoce más bien como comentarista, analista y conductor de televisión.

Su nombramiento, que se procesó en fast track por Morena, ante el crecimiento de las críticas en la opinión pública, fue aprobado ayer en el pleno de la Comisión Permanente en medio de duras críticas de la oposición. La diputada del PAN, Margarita Zavala, consideró "un error" la designación de Lozano porque recordó que él mismo, en sus artículos periodísticos, llegó a cuestionar y desaprobar nombramientos diplomáticos por razones políticas y ahora nombrarlo a él embajador en Italia genera "bastante desconfianza de la imparcialidad que se necesita en una embajada, de la diplomacia que se requiere" y es un gran error elegir a personas que carecen de carrera en el servicio exterior.

El priista Rubén Moreira, coordinador en San Lázaro, recordó que como articulista de un diario capitalino, Genaro ha criticado a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, por cierto, de la ultraderecha. Bonita manera de empezar la relación con otra nación. ¿Qué pasaría si aquí llega un embajador o un cónsul que haya criticado a la jefa de Gobierno y jefa de Estado? ¿Qué harían?", cuestionó a los morenistas que avalaron por mayoría el nombramiento propuesto por la presidenta Sheinbaum.

El ofrecimiento a Genaro Lozano para que se fuera como embajador a Italia se lo hicieron directamente desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, por instrucciones de la Presidenta, desde noviembre de 2024. Él entonces todavía participaba como comentarista del programa "Tercer Grado" de Televisa, empresa en la que también condujo un noticiero matutino hasta 2023. Desde esa fecha él renunció a la empresa televisiva porque le dijeron que su nombramiento sería aprobado a finales del año pasado, pero al final se retrasó hasta ayer, cuando la mayoría morenista apresuró su designación en medio de las críticas y cuestionamientos.

Al final, en medio de la polémica, Lozano llegará a una embajada importante en un país que hoy es gobernado por la ultraderecha homofóbica y su designación sólo confirma la incongruencia de Morena y de la presidenta Sheinbaum que se olvidaron de sus denuncias históricas como opositores y, una vez acomodados en el poder, están demostrando que todos los vicios, deformaciones y amoralidades que cuestionaban y criticaban en los anteriores régimenes del PRI y el PAN, ahora ellos los practican con total desvergüenza: el amiguismo, el compadrazgo, la corrupción, los lujos y los excesos, el despilfarro de recursos públicos y ¿por qué no? el premiar con embajadas y consulados a comentaristas afines y aplaudidores, lo mismo que a políticos que se inclinan ante el poder.

Eso es lo realmente criticable y, más que a Lozano, que cómodamente acepta disfrutar de las mieles doradas de la diplomacia sin la experiencia necesaria, habría que cuestionar a la doctora que, apoyada como siempre por sus borregos legislativos, repite los mismos vicios e incoherencias de su antecesor y ya se olvidó de lo que gritaba como activista estudiantil y como opositora… Se baten los dados. Tocó Serpiente Doble.