El primer canto del ‘Mayo’
"El primer canto del ‘Mayo’", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
El capo protegido por excelencia del narcotráfico mexicano, Ismael "Mayo" Zambada García, hoy enfrenta la posibilidad de terminar sus días en una cárcel de Estados Unidos, luego de que ayer se declaró "culpable" de todos los delitos que le imputan el Departamento de Justicia y la DEA. En una audiencia que encabezó el juez Brian Cogan, de la Corte Federal de Brooklyn, en Nueva York, el "Mayo" confesó que durante 50 años operó impunemente en México, gracias al soborno que daba a "policías, militares y políticos" a los que les pagaba protección, mientras traficaba más de 1 millón y medio de kilogramos de cocaína hacia el territorio estadounidense, a donde también mandaba fentanilo, metanfetaminas y mariguana, según su propio testimonio.
"Estamos aquí para anunciar una victoria histórica para el Departamento de Justicia, nuestras fuerzas del orden y Estados Unidos. Como ya saben, el capo de la droga Ismael Zambada García, también conocido como el 'Mayo', ha confesado toda una vida de crímenes al servicio del Cártel de Sinaloa, una organización terrorista extranjera. El ‘Mayo' pasará el resto de su vida tras las rejas. Morirá en una prisión federal estadounidense, donde pertenece", dijo ayer la fiscal general estadounidense Pam Bondi, tras la declaración de culpabilidad del capo mexicano a quien le espera una condena de cadena perpetua.
Y aunque el "Mayo" reconoció la impunidad de la que gozó por más de cinco décadas, que abarcan los gobiernos priistas de José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo, así como las administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón y el gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador, en cuyo sexenio fue secuestrado y llevado a Estados Unidos, ayer en su audiencia, donde narró con pormenores cómo comenzó en la actividad criminal a los 19 años, en 1969 y cómo fundó el Cártel de Sinaloa a partir de la década de los 80, el narcotraficante, que apareció con barba cana y un visible deterioro físico, no mencionó ningún nombre de políticos, militares o policías a los que les pagaba a cambio de protección.
Porque, de acuerdo con su abogado Frank Pérez, Zambada "no dará nombres" y su declaración de culpabilidad no significa que tenga un acuerdo o una negociación para convertirse en "informante" o en "testigo protegido" del Gobierno de Estados Unidos. "Él no dará nombres porque toda la información relevante ya está en las pruebas presentadas en la Corte. Aceptó reconocer su culpabilidad porque no tenía sentido declarar inocencia ante la evidencia acumulada en la causa en su contra", dijo el defensor del “Mayo”.
Pero si la decisión de Zambada, como afirma su abogado, es no cooperar con la justicia estadounidense y no dar información, nombres e identidades de las autoridades mexicanas a las que sobornó durante décadas con pagos millonarios a cambio de que lo dejaran operar impunemente el trasiego de drogas hacia Estados Unidos, el capo tampoco la tendrá fácil. Además de la "cadena perpetua" que ayer anuncia la fiscal Bondi, también el Gobierno de Estados Unidos le exigirá el pago de 15 mil millones de dólares como compensación por los crímenes cometidos en contra de los estadounidenses que, según dijeron ayer los fiscales y la DEA, incluye también las muertes de estadounidenses y los asesinatos que ordenaba de sus rivales.
La multa que pagaría el capo sinaloense lo colocaría como uno de los mexicanos más ricos, por encima de varios empresarios del país cuya fortuna no alcanzaría a cubrir la suma que le ha fijado el Departamento de Justicia. Si el capo acepta pagar eso a cambio de mantener su silencio, una vez que se ha declarado culpable, se confirmaría que el tamaño del negocio del narcotráfico en México es inconmensurable y que genera fortunas que ninguna otra actividad lícita logra generar en el país. Por el contrario, si Zambada no puede cubrir la multimillonaria cantidad que le exigen los estadounidenses, la única salida que le quedaría sería revelar los nombres de los políticos, policías y militares a los que dijo haber sobornado a lo largo de su reinado criminal de cinco décadas.
En cualquier caso, está claro que en México lo que diga o deje de decir Zambada no sólo tendrá repercusiones fuertes para muchos políticos, del pasado reciente y del presente, que podrían ser desnudados y exhibidos como cómplices del capo sinaloense. Ayer que le preguntaron a la presidenta Claudia Sheinbaum si le preocupaba o le inquietaba a su gobierno lo que el narco mexicano pudiera decir: "No, no, lo que vaya a declarar, si lo plantea a la Fiscalía de Estados Unidos, cualquier tema que tuviera que ver con México pues tiene que pasar por pruebas y por la Fiscalía General de la República, hay un procedimiento", dijo la mandataria, quien volvió a quejarse de que su gobierno sigue esperando información del Gobierno de Estados Unidos sobre la extracción del "Mayo" del territorio mexicano.
¿Será entonces que el primer "canto" del "Mayo" ayer en la Corte de Brooklyn también fue el último y el capo se resignará a terminar sus días en una cárcel estadounidense y a pagar 15 mil millones de dólares? O será que, en una de esas, ¿el capo protegido por excelencia del narco mexicano se termina decidiendo a volver a cantar?… Se baten los dados. Repitió la Escalera.