Así será el proceso para elegir al nuevo papa tras la muerte de Francisco
La Iglesia católica activa el protocolo de sede vacante, con funeral sencillo y entierro fuera del Vaticano, como quiso Francisco.
El Vaticano activará el protocolo tradicional que se sigue tras la muerte de un pontífice, esta vez con cambios significativos introducidos por el propio papa Francisco antes de su fallecimiento.
El proceso contempla una serie de etapas litúrgicas, administrativas y organizativas que culminarán con la elección de un nuevo papa en el cónclave más internacional de la historia.
A diferencia de sus predecesores, Francisco no será sepultado en las Grutas Vaticanas, sino en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, un lugar que visitaba con frecuencia y al que profesaba una especial devoción. Además, su funeral tendrá un carácter más sencillo y pastoral, según los lineamientos que él mismo estableció en 2024 para eliminar elementos considerados ostentosos.
El cuerpo será velado durante tres días con el féretro abierto en la basílica de San Pedro, antes de celebrarse el funeral entre el cuarto y el sexto día tras su muerte.
Durante los nueve días posteriores al fallecimiento, el periodo conocido como Novendiali, se mantiene la sede vacante. La administración del Vaticano queda en manos del camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien certificó la muerte del pontífice, inutilizó su anillo papal y tomó posesión temporal de las oficinas papales. Le asisten tres cardenales elegidos por sorteo y rotados cada tres días.
Por su parte, el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, ha convocado a los cardenales a las congregaciones generales, donde se intercambian reflexiones y se perfilan los primeros consensos rumbo a la elección del nuevo papa.
El cónclave podría iniciar antes de los 15 días habituales, si todos los cardenales electores llegan a Roma, según una disposición introducida por Benedicto XVI en 2013. Actualmente, 138 cardenales tienen derecho a voto, de los cuales 136 se espera que participen. Necesitarán una mayoría de dos tercios —al menos 92 votos— para elegir al próximo sucesor de Pedro.
Las votaciones se llevarán a cabo en la Capilla Sixtina, con dos sesiones por la mañana y dos por la tarde. Al término de cada ronda, una fumata negra o blanca indicará al mundo si hay o no un nuevo pontífice. Una vez electo, el cardenal protodiácono —el francés Dominique Mamberti— anunciará el Habemus Papam desde el balcón central de la basílica de San Pedro.
La composición del colegio cardenalicio en esta ocasión es la más diversa de la historia, con representantes de 71 países. Aunque Europa sigue siendo el continente con más electores (53), los cardenales latinoamericanos, africanos y asiáticos tendrán un peso importante en una elección que podría reflejar la creciente universalidad de la Iglesia católica.
CON INFORMACIÓN DE EL PAÍS