¿Qué es una bomba antibúnker como la GBU-57/B usada en Irán?
Estados Unidos lanzó bombas antibúnker GBU-57/B contra complejos nucleares iraníes.
El reciente bombardeo de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahan puso los reflectores sobre una de las armas más poderosas y especializadas de su arsenal: la bomba antibúnker GBU-57/B, también conocida como Massive Ordnance Penetrator (MOP).
¿Qué es una bomba antibúnker?
Se trata de una bomba diseñada para destruir objetivos fuertemente protegidos bajo tierra, como búnkeres, túneles o instalaciones nucleares excavadas en montañas. La GBU-57/B pesa más de 13,600 kilogramos, de los cuales 2,500 son explosivos de alta potencia, y es capaz de penetrar más de 60 metros de concreto o roca antes de detonar en el interior del blanco.
Su diferencia clave con otras municiones es que no explota al impacto, sino que perfora el terreno como una flecha y detona en lo profundo, gracias a un sistema de espoleta con retardo. Además, su guía GPS y sensores de trayectoria aseguran una precisión quirúrgica.
¿Para qué se creó?
El Pentágono desarrolló esta bomba ante la dificultad de destruir instalaciones subterráneas nucleares en países como Irán y Corea del Norte. El caso de Fordow, descubierto en 2009 y construido dentro de una montaña, evidenció que las bombas convencionales, como la GBU-28, no eran suficientes.
La respuesta fue la MOP, desarrollada por Boeing y diseñada exclusivamente para ser lanzada desde el bombardero furtivo B-2 Spirit, el cual puede evadir radares y operar a gran altitud sin ser detectado.
Capacidades técnicas
- Peso total: 13,600 kg
- Explosivo: 2,500 kg
- Profundidad de penetración: hasta 60 metros
- Plataforma de lanzamiento: únicamente desde el B-2 Spirit
- Guiado: sistema GPS con sensores de trayectoria
- Función: perforar y detonar dentro del objetivo subterráneo
¿Qué significa su uso en Irán?
El presidente Donald Trump confirmó el ataque y dijo que el objetivo era frenar el avance nuclear de Teherán. El uso de las GBU-57/B refuerza el mensaje de que Estados Unidos puede neutralizar instalaciones críticas sin necesidad de recurrir a armas nucleares.
Aunque el uso de esta bomba es limitado por logística —pues requiere condiciones especiales y una flota reducida de bombarderos—, su impacto estratégico y simbólico es claro: Estados Unidos puede golpear incluso en los sitios que se creían invulnerables.