Vuelven rancheros y mineros a Pitiquito gracias a inteligencia de seguridad

Este martes 15 de abril, e Media fue testigo del retorno de habitantes, y de cómo a su vez los ranchos poco a poco vuelven a su vida cotidiana.

Durante los últimos meses múltiples familias volvieron a sus propiedades luego de haber sido desplazadas por la violencia en el noroeste de Sonora. Se trata, en su mayoría, de ranchos que habían sido tomados por el crimen organizado y que fueron recuperados por la Policía Estatal tras poco más de 6 meses de trabajo fundamentados, según el Secretario de Seguridad del Estado, en inteligencia.

“Nosotros teníamos 3 años viviendo en una situación muy compleja, lo que todos conocemos aquí en la región. Habíamos sido desplazados, esa es la palabra. Habíamos estado trabajando de una forma muy estresante, bajo circunstancias en que nosotros como productores, como rancheros, no podíamos hacer lo que nosotros queríamos. 

No era la tradición del ranchero, de ir y venir a su rancho y llevar sus actividades cinegéticas. Se nos había complicado todo”, expuso Rogelio Lizárraga, dueño del rancho El Bamury, ubicado en el municipio de Pitiquito.

Vuelven rancheros y mineros a Pitiquito gracias a inteligencia de seguridad

La situación por la que atravesó Rogelio, según su testimonio, se resume en que por los 3 años mencionados, posteriores a que un grupo de criminales lo amenazó de muerte para que no volviera y ocupar el predio;  viajaba a su rancho a pesar del riesgo: para dar comida a las vacas y procurar que no murieran, para regar las plantas y, en última instancia, por el añoro.

La historia El Bamury representa en gran medida el sentir de una decena de rancheros, misma que en los últimos tiempos se encuentra marcada por la desventura y por el ansia de dejarla atrás: este martes 16 de abril e Media fue invitado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para recorrer algunos de los ranchos que de a poco vuelven a su vida cotidiana

Al llegar al rancho fundado por Rogelio, quien además nació en ese predio hace 55 años, encontramos a su esposa. Aunque años atrás dicha situación no tenía nada de extraordinario, este martes fue el primer día en que María volvió al rancho luego del cese de la violencia.

La situación se repite a pocos kilómetros, un lugar llamado Los Pozos fue escenario de múltiples enfrentamientos entre criminales. Hoy, dijo el dueño, la situación ha mejorado, aunque el camino a la normalidad no termina.

“Nosotros tenemos toda la vida aquí; abuelos, tíos, familiares. Vivimos cosas muy feas, pero la verdad uno se siente muy a gusto con estos hombres (agentes de la Policía Estatal de Seguridad Pública) aquí. 

Fue mucha incertidumbre, murió mucho ganado, perdimos mucho tiempo, por mucho tiempo no generamos. En ganado, perdimos alrededor de 700 cabezas, alrededor de 700 animales nos robaron o se fueron. Eso pasó en 2019 o 2020”, mencionó.


Vuelven rancheros y mineros a Pitiquito gracias a inteligencia de seguridad


Estos testimonios se repiten por toda la región, tanto la situación de violencia como la creciente calma, luego de que la SSP desplegó una estrategia que tiene su centro en la Comisaría de la Ciénega. Allí se montó una base operativa de la corporación y se desplegó una estrategia de protección en un área de más de 9 mil kilómetros cuadrados.

Estrategia

Dicha estrategia se concentra en 5 puntos: el establecimiento de la base operativa, el uso de cámaras de videovigilancia, el uso de equipo de inteligencia y drones, el apoyo aéreo y la realización de patrullajes estratégicos. En el polígono de seguridad se encuentran 42 ranchos y 2 minas.

Una de las minas se llama, precisamente, La Ciénega: la base operativa mencionada se instaló en dicha ubicación a inicios de octubre de 2024 luego de liberar el predio de las manos de un grupo criminal originado en Sinaloa que la explotó por varios años, lo que significó ganancias mensuales de 1.8 millones de dólares, aproximadamente.

Para la liberación se utilizaron tanquetas, helicópteros y cientos de elementos coordinados con la Secretaría de Marina que lograron desplazar a los criminales sin un solo disparo, de acuerdo con Víctor Hugo Enríquez García, cosa que representa la tónica de la estrategia.

Vuelven rancheros y mineros a Pitiquito gracias a inteligencia de seguridad

“El año pasado tuvimos la petición de dueños de ranchos y empresarios de que los ayudáramos porque había presencia de delincuencia en la zona, entonces se implementaron acciones de investigación e inteligencia para determinar la estrategia a seguir. Efectivamente, había presencia de gente armada y establecimos bases permanentes de elementos de seguridad que dependen de la SSP, dijo el funcionario.

En la actualidad, la empresa propietaria del proyecto minero de La Ciénega ya cuenta nuevamente con personal en el predio, mismo que se encuentra trabajando en los preparativos para retomar la actividad extractiva según las normas mexicanas. Lo mismo sucede con la mina El Boludo, aunque allí no se estableció una base como tal.

En los ranchos la situación es, en general, la comentada, aunque existen lugares que fueron expuestos a tal grado de violencia que la recuperación apunta a un plazo más largo: ejemplo de ello es el rancho El Paraíso, sitio donde sucedieron enfrentamientos entre grupos criminales, lo que dejó las paredes perforadas con balas de alto calibre y un 'cementerio' de 11 vehículos quemados.

La situación, según los testimonios recogidos este martes, comenzó hace aproximadamente 5 años. Aunque la violencia no es cosa nueva en la región, cosa que se relaciona comúnmente con la ubicación geográfica del municipio, los desplazamientos se rastrean hasta entonces.

Desplazamientos que llevaron a los rancheros y sus familias a alejarse de sus propiedades que se encuentran al interior de una red de veredas que corta el Desierto Sonorense. Durante los días de mayor riesgo se mantenían en Caborca, Hermosillo o algún otro municipio que se encontraba en relativa calma.

En diciembre pasado algunas de las familias pudieron ofrecer sus servicios a los cazadores, principalmente estadounidenses. Si bien la afluencia es menor que en otros tiempos, resulta suficiente, tanto a nivel económico como emocional, para motivar el regreso de la tradición

Por primera vez en 5 años, los pueblos de la región celebrarán las fiestas patronales el próximo mes de mayo; celebracioes que se encontraban suspendidas debido a la violencia.


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FOTOS: ALBERTO DUARTE/EXPRESO