Fernando Valenzuela queda fuera del Salón de la Fama de MLB por tercera vez
El sonorense recibió menos de cinco votos en la boleta del Comité de la Era Contemporánea, donde se requerían 12 para ser entronizado en la Clase 2026.
La tercera tampoco fue la vencida para Fernando Valenzuela.
El 'Toro de Etchohuaquila' recibió menos de cinco votos en su tercer intento por ingresar al Salón de la Fama del Beisbol de las Grandes Ligas, en la boleta del Comité de la Era Contemporánea, responsable de analizar a peloteros cuyo impacto ocurrió a partir de 1980.
El sonorense había recibido el 6.2 por ciento del apoyo de la BBWAA en 2003 y 3.8 por ciento en 2004, por lo que quedó fuera de futuras votaciones hasta que, el pasado 3 de noviembre, fue incluido en el proceso del Comité de la Era Contemporánea. Dicho comité está integrado por 16 votantes, y para obtener su entronización se requieren al menos 12 votos (75 por ciento).
En la boleta de la Clase 2026, Valenzuela compartió espacio con figuras como Barry Bonds, Roger Clemens, Carlos Delgado, Don Mattingly, Dale Murphy, Jeff Kent y Gary Sheffield. Finalmente, solo Jeff Kent alcanzó la cifra necesaria, con 14 votos. Carlos Delgado se quedó cerca, con nueve sufragios, mientras que Mattingly y Murphy recibieron seis cada uno.
Con los nuevos lineamientos implantados este año por el Salón de la Fama, Valenzuela, Bonds, Clemens y Sheffield ya no podrán aparecer en la siguiente votación del comité, programada cada tres años. Por lo tanto, no serán elegibles en 2028, aunque podrían volver a considerarse para 2031.
Valenzuela, quien falleció el 22 de octubre de 2024, dejó una marca profunda en MLB. Fue seis veces All-Star, ganador del Cy Young y Novato del Año en 1981 —la única ocasión en que un jugador ha obtenido ambos premios en la misma temporada— y pieza clave en el campeonato de los Dodgers ese mismo año. Su récord de Grandes Ligas fue de 173-153, con efectividad de 3.54 y 2,074 ponches en 17 temporadas.
La 'Fernandomanía', fenómeno social y deportivo sin precedentes, sigue siendo uno de los capítulos más emblemáticos en la historia del beisbol mexicano, aun cuando su impacto no se ha traducido en un lugar en Cooperstown.












