Omar Chaparro y la inocencia que transforma 'La celda de los milagros'
El actor compartió el reto de interpretar a 'Héctor', un personaje cuya pureza despierta humanidad incluso en la cárcel.
Incluso en los rincones más oscuros, la bondad puede abrirse paso como un milagro silencioso. 'La celda de los milagros' narra cómo la inocencia y el amor pueden persistir aun cuando todo parece perdido, y cómo los gestos más simples de humanidad tienen el poder de transformar incluso los corazones endurecidos. La historia invita a mirar más allá de la injusticia y a reconocer la luz que nace de la humanidad que llevamos dentro.
Omar Chaparro se reinventa en la pantalla grande con este papel, interpretando a Héctor, un hombre con discapacidad neurológica cuya relación con su hija Alma se convierte en el eje central de la historia. La película, dirigida por Ana Lorena Pérez Ríos y basada en el éxito surcoreano 'Miracle in Cell No. 7', se filmó en Colombia con un elenco que unió talento mexicano y colombiano.
En entrevista exclusiva para e Media, Chaparro recordó que el mayor reto fue interpretar a Héctor sin recurrir a clichés: “La directora Ana me sugirió que me basara más en un niño que en alguien con discapacidad mental. Me dijo: ‘Héctor es un niño en el cuerpo de un adulto. Vamos a construirlo desde ahí’. Creo que fue una decisión muy bonita”. Para lograrlo, trabajó con varios niños, observando su comportamiento y espontaneidad para capturar la pureza que caracteriza al personaje.
Para el actor, Héctor representa un modelo de bondad pura que trasciende cualquier circunstancia: “Una de las cualidades más hermosas que tiene Héctor es su inocencia, y también era parte del mensaje de la película: cómo esa pureza despertaba humanidad en quienes lo rodeaban”.
La inocencia como fuerza transformadora
El conflicto central de Héctor surge cuando es acusado de un crimen que no cometió, lo que lo enfrenta a un mundo hostil y violento. Chaparro explicó cómo vivió ese contraste entre la simplicidad de la vida cotidiana de Héctor y la crudeza de la cárcel:
“La primera vez que lo veíamos era vendiendo fruta o yendo a la tienda con su hija; era un hombre que tenía una vida simple, feliz. Y luego vino cuando fue atrapado y condenado a pena de muerte por algo que no cometió. Entonces era cómo llevabas a este niño que siempre estaba tranquilo a una cárcel de máxima seguridad donde había matones, violadores, asesinos. ¿Cómo reaccionaba, cómo se asustaba y cómo lograba encontrar un equilibrio dentro de la cárcel si se suponía que era un niño?”
A pesar de la adversidad, Héctor mantiene su bondad y logra influir en quienes lo rodeaban. Chaparro recordó: “Una de las cosas que más me gustaron de la película fue cómo este personaje, con su inocencia y su pureza, a pesar de que lo golpeaban, no te guardaba rencor; al día siguiente te saludaba igual”.
La inocencia de Héctor también inspiró una reflexión más profunda sobre la capacidad humana de encontrar sentido en la adversidad. Chaparro comparó su historia con 'El hombre en busca de sentido', de Viktor Frankl: “El sentido que encontró Héctor era la esperanza de volver a ver a su hija, y se aferró a ella y nunca la soltó. Me recordó a cómo uno puede encontrar fuerza incluso en los momentos más difíciles”.
Incluso en los reclusos más duros, su bondad comenzaba a despertar empatía, demostrando que la inocencia y la solidaridad pueden florecer en los lugares más inesperados y transformar la dinámica de quienes lo rodean.
Alma, el corazón de la historia
La relación entre Héctor y Alma es el motor emocional de la historia. La pequeña guía sus decisiones y simboliza la esperanza que permite a Héctor resistir la injusticia. Chaparro recordó cómo esta dinámica afectó su interpretación:
“Cada película me deja muchas enseñanzas. Aprendo mucho a través de todos los personajes, porque no solo repito las líneas, sino que las vivo. Si Héctor duró en la cárcel dos meses llorando, yo también lloré”.
Además, la experiencia inspiró a Chaparro a escribir un tema musical para la cinta: “Escribí una canción para Alma, de la película, pero inspirada en mis hijos, que se llama ‘Alma de mi alma’. Cada personaje me deja cosas que nunca se me olvidaban”.
Un mensaje de esperanza
El estreno en temporada navideña refuerza el espíritu de la película, que habla de familia, solidaridad y esperanza. Chaparro reflexionó sobre la importancia de ese mensaje en esta época del año:
“Quedó perfecto para verla en Navidad y, sobre todo, verla en familia. Aún en las situaciones más complejas, como estar en una cárcel en la que estaba Héctor, podías encontrar la luz y la esperanza”.
Finalmente, resumió el espíritu de la película con una reflexión personal sobre los milagros cotidianos: “Con los años uno se vuelve más observador y consciente de que los milagros suceden todos los días. Si estás respirando, créeme que es un milagro. La existencia misma es un milagro”.












