Ernesto Zedillo gana de nuevo
"Ernesto Zedillo gana de nuevo", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón
Para descalificar al expresidente Ernesto Zedillo, la presidenta Claudia Sheinbaum esgrime una de las mentiras mejor capitalizadas por López Obrador: que con el Fobaproa, “millones de familias perdieron todo, se rescató a los empresarios y no al pueblo; convirtió las deudas privadas en deuda pública que aún se está pagando…”.
Falso: lo que Zedillo hizo fue preservar el sistema de pagos, a fin de que los usuarios de la banca no perdieran sus ahorros (los países pueden quedarse sin infraestructura portuaria, de carreteras, aeroportuaria, etcétera, pero no sin servicios bancarios). Lo que se rescató fueron los ahorros.
En el supuesto inclusive de que la acusación tuviera cierta solidez, ¿por qué AMLO no creó una “comisión de la verdad” sobre el Fobaproa que por lo visto Sheinbaum tampoco promoverá? (¿Algo semejante, por cierto, se hará con las obras caprichosas del obradorato?).
“Ahora resulta que Zedillo es el paladín de la democracia”, se mofó la Presidenta.
“Lo bueno es que el pueblo de México está muy informado”, aseguró, a sabiendas de que ni sus bancadas legislativas entienden la destructiva reforma al Poder Judicial que Zedillo considera letal.
En la carátula del documento que el expresidente repartió el 15 de septiembre en la Sesión Inaugural de la Conferencia Anual de la International Bar Association, previno:
“Estas palabras están escritas a la luz de la historia de México y los avances logrados hasta hace unos años en materia de democracia y justicia. Estoy consciente de que la reacción del Presidente será, como siempre ante quien disiente, critica o piensa distinto a él, la calumnia, el insulto y la amenaza”.
Ahora declara en Nexos:
“Para tener democracia se tienen que tener pesos y contrapesos en el poder público. Si el Ejecutivo tiene el control del Legislativo por razones electorales, el Poder Judicial es realmente la última ancla no sólo de la legalidad, sino también de la democracia, es lo que puede prevenir el uso abusivo del poder. Ese era mi razonamiento (en 1994, a punto de renovar el Poder Judicial y hacerlo plenamente independiente). Lo que han hecho López Obrador y sus cómplices en los últimos meses en esta materia es realmente el final de la democracia mexicana”.
Y en Vuelta escribió que la reforma judicial impulsada por López Obrador dejó claro que la Cuarta Transformación tenía como objetivo “sustituir nuestra joven democracia por una tiranía…”.
Ante las descalificaciones de la mandataria, el expresidente publicó ayer una carta para decir que:
“La presidenta Sheinbaum ha reaccionado exactamente de la misma manera a mi artículo: con calumnias e insultos, de ninguna manera con argumentos sobre los puntos por un servidor expuestos (…). Ha preferido reiterar, casi textualmente, las falsedades que durante muchos años expresó su antecesor (...), en vez de ella dar sus razones por su desacuerdo con lo que he venido denunciando desde septiembre...”.
Tiene toda la razón.
Carlos Marín
cmarin@milenio.com