La 4T, montada en 'una farsa': Gómez
"La 4T, montada en 'una farsa': Gómez", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón
De tomársele en serio a quien encabeza la comisión presidencial que redactará la iniciativa cuatrotera de reforma política, los gobiernos de López Obrador, Claudia Sheinbaum y todos los gobernadores, diputados, presidentes municipales y senadores de Morena llegaron al poder encaramándose en una estructura del Estado virtualmente delincuencial:
“El sistema electoral mexicano es de farsantes”, dijo Pablo Gómez en entrevista con mi compañero Víctor Hugo Michel (Milenio de ayer).
Las instituciones electorales, piensa, contienen “mezclas ridículas”, han sido “cooptadas por camarillas políticas, repleto de inconsistencias” y, viendo la paja en el ojo ajeno, las percibe con “deformaciones autoritarias”.
Escribe el reportero:
“Las opiniones son de Gómez, fiel a su estilo recio, de confrontación, naturaleza crítica emanada de sus tiempos en el Partido Comunista”.
Se trata del encargado de dar forma a la más debatible reforma electoral desde los tiempos de Jesús Reyes Heroles (1977).
Como según su estalinista concepción el actual Instituto Nacional Electoral es ilegítimo, se propone crear “un verdadero instituto nacional de elecciones”.
El periodista confirma que Gómez quiere desaparecer los organismos locales del INE en las 32 entidades, como también “debatir la obligatoriedad del voto, reestructurar y reducir a los partidos, acotar el financiamiento público y privado, enfrentar el dinero sucio en campañas, fortalecer derechos ciudadanos y hasta encarar al narcotráfico”.
- Suena más a reforma del Estado que a electoral- le comenta Víctor.
“Pues ojalá pudiéramos. No se ha planteado de esa forma, pero hay que llegar hasta donde haya que llegar...”.
Contra la opinión de los anteriores y actuales consejeros electorales, afirma que el sistema electoral está ya “viejo” y que “el ciclo de la representación del pueblo y la efectividad del sufragio ya terminó”. ¿Cómo entonces pueden explicarse las alternancias que se han dado a partir de 1997?
Para él eso cuenta sólo con AMLO, 20 años después:
“El país ya cambió. El nivel de participación y conciencia popular dio un salto en 2018 y ese salto tiene que expresarse también en el sistema electoral”, considera Gómez, para quien “el sistema de partidos tiene que modificarse porque hemos hecho una relación entre poder-partidos-gasto público muy insana. No estamos financiando la actividad democrática”.
Pues que Morena comience devolviendo el dinero que Hacienda le da porque nada dice del financiamiento que su partido tiene del Estado, tanto el de sus prerrogativas legales como el desviado de los presupuestos gubernamentales de Morena, como se evidenció en la elección de las tómbolas y los acordeones de jueces, magistrados y ministros, con el antecedente del chanchullo de la cínica compra de votos en 2018, disfrazada de ayuda a damnificados del temblor del 17.
Sin morderse la lengua, Gómez pontifica:
“Estamos financiando a camarillas políticas que deberían financiarse por sí mismas…”.
Carlos Marín
cmarin@milenio.com