Tampoco el INE ve a los elefantes

"Tampoco el INE ve a los elefantes", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón

A poco más de cuatro años de que se conoció el video en que David León, operador político del gobernador de Chiapas -Manuel Velasco, del Partido Verde-, entrega una bolsa con dinero en efectivo a Pío López Obrador y que su hermano Andrés Manuel, entonces presidente, dijera en una mañanera que fue una “aportación” para su movimiento, el Instituto Nacional Electoral sale con la batea de babas de que no pudo demostrar que se hubiese cometido un delito.

La titular de la Comisión de Fiscalización del INE, Carla Humphrey, informó que la Unidad Técnica de Fiscalización verificó “la trazabilidad financiera en montos bancarios, contables, fiscales”; que analizó la documentación, el soporte y los registros y que hasta realizó peritajes técnicos “al material audiovisual”, pero ni así se pudo acreditar “la conducta denunciada”.

Su explicación delata una ominosa parcialidad:

“No hay rastro bancario, no hay registro contable, no hay comprobación fiscal que permita transformar ese indicio en certeza sobre el origen, monto, destino y carácter partidista del efectivo observado…”.

Sorprende que la consejera dijera que al INE le fue imposible dar con el origen, monto,“destino y carácter partidista del efectivo observado”, pues el destino lo confirmó el propio AMLO al reconocer que fue para apoyar su venenosa causa, lo cual era una patraña porque el retardatario Movimiento de Regeneración Nacional, desde el 9 de julio de 2014, se convirtió y obtuvo el registro de ley como partido político.

¿Alguien puede creer que no fueron entregas ilegales para un motivo “partidista”?

El 20 de agosto de 2020, Carlos Loret de Mola dio a conocer el video de lo que un año después confirmaría la existencia de una nepótica red para obtener financiamientos ilegales a Morena, por provenir del erario chiapaneco (deducción lógica) para las campañas federales de 2015. Y el mismo periodista, el 8 de julio de 2021, dio a conocer otro video con el hermano menor de AMLO, Martín Jesús, recibiendo también de David León fajos y fajos de billetes.

Por lo que se vio y escuchó en ambos casos, las entregas fueron parte de un conjunto de “apoyos” recurrentes.

Que nadie se extrañe si en la reforma política que viene la mayoría nacionalpopulista impone marrulleras normas para que el financiamiento sucio a los partidos no sea materia de denuncia y que, como en la elección judicial, se permita la inducción del voto popular disfrazándola de “orientación al pueblo”.

La otra autoridad electoral, el Tribunal dominado por una trinca oficialista, ya está perdido. Le sucedió lo que el consejero Martín Faz dijo en el INE: “Hay un elefante en la sala que nadie quiere ver”, al declarar legales los fraudulentos comicios, pese que se demostró que 78% de los votos obtenidos por los próximos ministros de la Suprema Corte “coincidieron” con el orden en que aparecieron en los acordeones del oficialismo.

Como he dicho y escrito, la 4t está consumando un virtual golpe de Estado a la vista de todos…

Carlos Marín

cmarin@milenio.com