El Internet de las máquinas
"El Internet de las máquinas", escribe Marco A. Paz Pellat en #ElPoderdelasIdeas
Durante casi tres décadas, internet ha funcionado bajo un pacto tácito: los sitios web crean contenido accesible gratuitamente, y los motores de búsqueda -principalmente Google- dirigen a los usuarios hacia esos sitios. Ese modelo ha permitido que millones de personas accedan a información diversa y ha sostenido económicamente a creadores de contenido, medios, comercios y profesionales digitales. Pero este pacto está a punto de romperse.
Con el lanzamiento del Modo IA en el buscador de Google -una función basada en inteligencia artificial que responde directamente a las preguntas de los usuarios sin necesidad de hacer clic en otros sitios-, estamos entrando en la llamada “internet o web de máquinas”. En esta nueva etapa, los algoritmos no solo organizan la información: la sintetizan, la interpretan y se la presentan al usuario en forma de respuestas completas. Ya no es un buscador que te lleva a las fuentes, es una interfaz que actúa como intermediario definitivo.
El problema es que este modelo pone en riesgo el ecosistema de la web abierta, donde los creadores independientes publican contenido con la esperanza de recibir visitas y generar ingresos. Si los usuarios ya no hacen clic porque la IA responde por ellos, los sitios pierden tráfico y, con ello, su modelo de negocio se desmorona.
Estudios indican que hasta el 60% de las búsquedas en Google ya terminan sin que el usuario haga clic en ningún enlace. Y con el Modo IA como opción predeterminada, esa cifra podría aumentar. Esto significa menos diversidad de fuentes, menor incentivo para crear contenido original y una web más uniforme, moldeada por algoritmos que aprenden de lo que ya existe, pero difícilmente fomentan lo nuevo.
Además, surge una tensión económica: las respuestas generadas por IA usan contenido de terceros para entrenarse y responder, pero los autores originales rara vez son compensados. Solo grandes plataformas, como medios con millones de visitas o redes como Reddit, están logrando acuerdos de pago con Google o OpenAI. Los pequeños creadores quedan fuera.
Esta evolución no elimina internet, pero sí altera radicalmente cómo descubrimos y accedemos a la información. El peligro es una red menos abierta, menos exploratoria, menos plural y diversa y más cerrada, donde el usuario deja de buscar y simplemente consume lo que una IA sintetiza.
En resumen, el “Internet de las máquinas” marca el paso de una web pensada para humanos a una optimizada para algoritmos. Es una transición tecnológica, pero también cultural y económica. El reto no es solo técnico: se trata de decidir qué tipo de internet queremos preservar.