Ahí viene Trump vs. los narcos
"Ahí viene Trump vs. los narcos", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
El ataque del Ejército de los Estados Unidos a los cárteles de la droga en México y en Latinoamérica es inminente. La información difundida ayer por el diario The New York Times (NYT) y confirmada horas después por el discurso del presidente Donald Trump es bastante clara sobre la "orden secreta" que habría firmado el presidente estadounidense para autorizar al Pentágono a diseñar operaciones armadas para lanzar ataques -que bien podrían ser a distancia y sin entrar a territorio mexicano- a por lo menos seis "Organizaciones Terroristas Extranjeras" (FTO) ubicadas en nuestro país y que serán objetivo de la ofensiva militar que está siendo diseñada.
"América Latina tiene muchos cárteles. Tienen un gran flujo de drogas. Así que, ya saben, queremos proteger a nuestro país. Tenemos que protegerlo. No lo hemos hecho en cuatro años (en la Administración demócrata de Joe Biden) y amamos a este país como ellos aman a sus países. Tenemos que protegerlo. Y lo saben, estamos jugando un partido difícil, pero pronto tendremos más que decir al respecto", comentó ayer el presidente Trump durante un evento en la Casa Blanca.
La filtración del NYT y el mensaje de Trump que la confirma, llegan unos días después de que la presidenta Sheinbaum anunciara en México que "está por firmarse y ya casi está listo" un Acuerdo de Seguridad con el Gobierno de Estados Unidos, que incluiría el combate al narcotráfico y a los cárteles de la droga catalogados ya como "Terroristas Globales Especialmente Designados" (ODS). Aunque la Presidenta no dio detalles sobre las medidas que contendrá dicho acuerdo, sí afirmó que "nosotros tomamos las decisiones como país soberano. Y con Estados Unidos colaboramos y cooperamos, y es muy importante, pero con soberanía".
Los seis grupos criminales que estarían en la mira del Pentágono y de un ataque desde Estados Unidos son el Cártel de Sinaloa, Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Noreste (CDN), La Nueva Familia Michoacana (LNFM), Cártel de Golfo (CDG) y Cárteles Unidos (CU). A esos se suman organizaciones delincuenciales de otros países como el Tren de Aragua (TdA), de Venezuela y la Mara Salvatrucha (MS-13), de Honduras, que también fueron clasificados como FTA y ODS en la designación que hizo el pasado 20 de febrero el Departamento de Estado estadounidense.
Cuando la presidenta Sheinbaum habla de un "acuerdo de colaboración y cooperación, pero con soberanía", se estaría refiriendo a que no habrá una intervención territorial de las Fuerzas Armadas estadounidenses para atacar y desmantelar a los seis grupos del narcotráfico mencionados. Y es que la tecnología armamentística y de inteligencia que hoy aplica Estados Unidos, no requiere de invadir países ni ocupar su territorio, incluso ni siquiera desplegar tropas más allá de sus fronteras, tal y como ocurrió recientemente en Irán, donde a través del lanzamiento de misiles teledirigidos desde el Pentágono se destruyeron objetivos específicos e instalaciones nucleares del régimen iraní. Esa podría ser una estrategia de ataque que se prepara contra los cárteles mexicanos y de otros países.
También está la opción del uso de drones armados que también maneja la milicia estadounidense y que se dirigirían también a zonas y objetivos específicos dentro del territorio mexicano, en donde las áreas de inteligencia militar estadounidense ya tienen mapeados y ubicados instalaciones, casas, refugios clandestinos y laboratorios de los capos mexicanos. Basta recordar los sobrevuelos que aeronaves de inteligencia estadounidense estuvieron realizando desde hace varios meses sobre el territorio nacional, sin siquiera invadir el espacio aéreo mexicano, o la presencia de buques de guerra de la Marina de Estados Unidos que navegaron también por aguas internacionales del Golfo de México y del Pacífico, desde donde también estuvieron mapeando y documentando los movimientos de los cárteles.
Hubo incluso dos buques militares de bandera estadounidense que atracaron y permanecieron por varios días en puertos mexicanos. El USS Gravely US Destroyer, con capacidad para lanzar mísiles de larga distancia, entró al Puerto de Veracruz el pasado 25 de abril y estuvo ahí hasta el lunes 28. Cuando se conoció la noticia de su llegada a aguas mexicanas, la Secretaría de Marina informó oficialmente que el poderoso barco de guerra "se encuentra atracado (...) con el propósito de realizar visita operacional logística, para abastecer 900 mil litros de combustible, avituallamiento y descanso de su personal". El otro caso fue el del buque escuela de la Guardia Costera estadounidense que llegó a Puerto Vallarta el 10 de mayo y zarpó el 11, ofreciendo visitas y recorridos a la población y a varios políticos mexicanos que fueron invitados a recorrer la nave militar.
También por el océano Pacífico, en la zona de Ensenada, Baja California, se reportó en febrero pasado la presencia de tres embarcaciones militares del vecino país, entre las que se encontraba el poderoso USS Spruance, también destructor de misiles, que forma parte de la flota del Comando del Norte que se encarga de garantizar la seguridad nacional de los Estados Unidos. También en esa ocasión la Secretaría de Marina y la propia Presidenta justificaron que los tres buques militares navegaban en una "zona donde existe libre navegación internacional".
Así que la actuación militar de Estados Unidos contra los capos mexicanos y su empoderada industria criminal parece ya algo inevitable e inminente. La presidenta Sheinbaum pudo negociar ciertas condiciones -después de meses de estar aguantando la presión de Trump que amenazaba con escalar y poner en jaque a su Presidencia-, que le permitirán decir que "defendimos la soberanía", pero en los hechos el poderío militar estadounidense se hará sentir en contra del imperio de impunidad que han construido los cárteles desde los gobiernos priistas y a partir de la guerra de Felipe Calderón, pero que se descontroló y desbordó con la negligente y cómplice política de los "abrazos, no balazos" de Andrés Manuel López Obrador.
Y para los radicales de Morena que gritan y se desagarran las vestiduras defendiendo una supuesta soberanía que hace rato perdimos a manos de la violencia, la crueldad y la extorsión del narcotráfico, valdría la pena que se atendieran los indicadores y las encuestas, que indican que la mayoría de mexicanos (ahora que ellos tanto defienden la preminencia de las mayorías) está a favor de una solución armada contra los narcos que involucre la ayuda directa de los Estados Unidos, incluso si llegaran a enviar agentes o tropas desde Washington, cosa que hasta ahora no ocurrirá.
La encuesta de Parametría, de Francisco Abundis, de los más acreditados y que trabaja incluso para la Presidencia de la República, levantada el pasado mes de febrero de este año (del 20 al 25) en viviendas y con 800 casos, confirma que la tendencia de los mexicanos a aceptar una ayuda o intervención estadounidense para someter a los narcotraficantes y sus violentos sicarios ha crecido a favor. "¿En caso de que las autoridades de México no puedan controlar la violencia en Sinaloa (como de hecho no han podido en 11 meses que se cumplen la próxima semana) ¿Usted estaría a favor o en contra de que el Gobierno de Estados Unidos envíe a sus agentes o tropas a enfrentar a los cárteles del narcotráfico en Sinaloa?", preguntó el equipo de Parametría. Y la respuesta de los encuestados es reveladora: "43% en contra, 8% no sabe y el 49% a favor".
El mismo Abundis, en su interpretación de los datos de su encuesta, publicó en su columna de Milenio el pasado 2 de abril lo siguiente: "La mayor parte de la población considera que aun enviando a la Guardia Nacional, la violencia en la región seguiría siendo la misma. O que independientemente de los acontecimientos más recientes como la captura del 'Mayo' Zambada, la violencia es una constante. Probablemente, el dato más preocupante es que ante la pregunta directa de si se pudiera resolver el problema de alguna manera, la población estaría dispuesta a aceptar la intervención de una fuerza extranjera. Este, tal vez es el mayor reconocimiento de la población de los límites del Gobierno o del Estado".
Y lo dice un encuestador que lleva 15 años haciendo series históricas de encuestas en donde les pregunta a los mexicanos que si están a favor o en contra de que el Gobierno de Estados Unidos ayude al Gobierno de México en la lucha contra el narcotráfico con el envío de agentes al territorio nacional, y que a lo largo de esos años ha registrado cómo se mueven los porcentajes de quienes están a favor y quienes en contra, siendo su última medición de 2024 de 49% en contra y 44% a favor.
Hoy, en la encuesta de Parametría de este 2025, poniendo como ejemplo el caso de Sinaloa, que bien podría extrapolarse a Guerrero, Michoacán, Jalisco, Chiapas, Tabasco, Tamaulipas y cualquier otro estado que sugiera el lector, la desesperación de los mexicanos ante el terror y la extorsión del narco, ha dado un giro con una mayoría a favor de que, con todo e intervención de sus agentes o tropas, alguien que sí pueda (o sí quiera) venga a acabar con el infierno que se han vuelto amplias regiones, estados y municipios del país.
Y para los defensores de los narcos que invocan la soberanía, sería bueno que aceptaran que se hiciera un referéndum o un plebiscito para preguntarles a los mexicanos si aceptan o no la ayuda directa de Estados Unidos para acabar con los narcos. Así saldríamos de dudas y veríamos quienes, con el pretexto de defender un territorio que está perdido y es controlado por los criminales, disfrazan su simpatía y complicidad con los narcos.
En todo caso, es casi un hecho que Trump y su ejército vendrán muy pronto (quizás sin pisar suelo mexicano) a hacer lo que todos los gobiernos cómplices del PRI, del PAN y ahora sus socios de Morena, no pudieron o de plano no quisieron hacer porque se beneficiaron siempre de la industria criminal que ha trastocado y desangrado a este gran país y ha llenado de luto, miedo y horror a sus ciudadanos.
Los dados no dudan y mandan una Doble Escalera para que vuelva la paz, el orden y la tranquilidad para los mexicanos cansados y hartos de la violencia y el imperio del narco.